El conductor A. Á. F. fue a juicio por causar un accidente de tráfico el 28 de marzo de 2014 en la carretera de Velle (Ourense). Había bebido y triplicó la tasa máxima de alcoholemia. En el siniestro hubo varios heridos. El acusado, de 27 años, reconoció los delitos y aceptó el pago de una multa de 1.800 euros y dos años y medio sin carné, lo que implica que tendrá que volver a examinarse acabado ese período. Pero la conformidad no fue plena. La juez tuvo que pronunciarse sobre la indemnización para la lesionada más grave. Y en su sentencia condena al chico -pagará su seguro como responsable civil directo- a indemnizar a la mujer con 50.375 euros, además de intereses. Sufrió un latigazo cervical, un traumatismo esternal y un traumatismo en el hombro izquierdo.

La cifra corresponde a 21.310 euros por días de incapacidad temporal, 28.840 por secuelas y 224 por los gastos médicos. La aseguradora ya había consignado 11.955 euros, que se descuentan. La indemnización que falta por abonar se queda en 38.419 euros.

El seguro tiró de detective

Con la indemnización al resto de perjudicados ya satisfecha, la Fiscalía solicitaba una compensación mayor para la herida más grave, de 82.306 euros. La acusación particular alegó una situación de invalidez permanente total, elevando la reclamación a 137.438 euros. La aseguradora solo reconocía 19.176 euros. Contrató a un detective y citó su informe para esgrimir que había una "simulación" en las limitaciones físicas de la rotación y flexión del hombro por parte de la lesionada. En unas fotografías, la mujer aparecía sacudiendo la ropa a través de la ventana de su vivienda. La juez considera que si bien puede alzar el brazo izquierdo, esto no es incompatible con que no pueda hacerlo más allá de 90 grados, una de las secuelas que se le reconocen.

La mujer sobre cuya indemnización se pronuncia la juez sufrió un latigazo cervical, un traumatismo esternal y un traumatismo en el hombre izquierdo. Estuvo ocho días hospitalizada y 355 días, casi un año, impedida para sus ocupaciones. Le quedan como secuelas una cicatriz en el hombro y varias complicaciones en esa zona que le causan dolor. Según la sentencia que se acaba de dictar, suponen "una limitación parcial de la actividades diarias" de la víctima, al no poder elevar el hombro izquierdo por encima de los 90 grados. La mujer es diestra.