El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, exigió ayer respuestas "urgentes" a los principales organismos de alerta y socorro para esclarecer lo que ocurrió en las primeras horas del devastador incendio que arrasa desde el sábado el centro del país.

Costa envió un despacho a los responsables de Protección Civil, la Guardia Nacional Republicana (GNR) y el Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA) en el que plantea tres preguntas con las que espera aclarar cómo las llamas pudieron alcanzar tal magnitud y acabar con la vida de al menos 64 personas.

El texto interno, que el semanario "Expresso" reproducía ayer en su versión digital, asegura que, "sin prejuicio de una evaluación global que tendrá lugar al término de las operaciones en curso, hay tres cuestiones relativas a la tragedia" que, a juicio del primer ministro, "es necesario esclarecer desde ya".

La primera de ellas se dirige al IPMA, al que pregunta si se produjeron circunstancias meteorológicas "infrecuentes" que "puedan explicar la dimensión e intensidad de la tragedia, en especial el número de víctimas humanas, sin comparación en otros incendios forestales" registrados en el país.

La segunda, para Protección Civil, es si pueden confirmar que la red de comunicación interna entre ellos falló, lo que, según hipótesis reproducidas en medios portugueses, podría haber provocado una descoordinación en el combate del fuego que permitió su rápido avance.

Finalmente, Costa pregunta a la GNR por qué no fue cortada al tráfico la carretera nacional 236, donde perecieron atrapadas por las llamas un total de 47 personas que intentaban escapar del fuego que cercaba sus aldeas.

En este sentido, el primer ministro pide saber además si esta vía fue indicada por las autoridades como "alternativa" a otra carretera cuyo tráfico había sido cortado previamente por el fuego, según aseguraron varios supervivientes a medios locales.

Las críticas a la gestión de la tragedia se multiplican con el paso de los días en Portugal. Frente a ellas, el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa,ha apelado en varias ocasiones a concentrar los esfuerzos en combatir el fuego y dejar para después las posibles responsabilidades.

"La prioridad ahora es combatir el incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias", insistió el jefe del Estado luso, quien considera que después habrá "todo el tiempo del mundo" para debatir sobre el resto de asuntos.