Aunque es una problemática muy presente, los casos en los que son adultos los que usan las aplicaciones de mensajería o las redes sociales para acosar o intentar sobrepasarse con menores son excepcionales entre el volumen de denuncias de la materia que investiga la Policía Nacional de Vigo. Lo que sí vienen detectando con preocupación es un elevado número de casos de sexting entre adolescentes, es decir, en los que tanto el culpable como la víctima son menores. En la actualidad la comisaría investiga media docena de asuntos de estas características y hubo épocas en las que los agentes tuvieron sobre la mesa, a la vez, más de diez denuncias.

El sexting consiste en el envío de imágenes o vídeos de contenido sexual a alguien de confianza, un receptor que acaba difundiendo esos archivos por mensajes entre un grupo de amigos o incluso de forma más amplia a través de redes sociales en internet. ¿El móvil? O bien lo hace por venganza ya que la protagonista de las fotos decidió romper la relación que mantenían o porque, sin haber vínculo sentimental, la chica se negó a seguir enviándole instantáneas íntimas. Fuentes policiales señalan que la mayor problemática con respecto a estas difusiones se detecta en los institutos.

En la mayoría de ocasiones son los padres de la víctima quienes denuncian. Pero a veces los casos llegan a comisaría por otra vía. Por los progenitores de algún chico al que llegaron las fotos o, como ya sucedió, a través de una joven que recibió en su móvil la imagen de su hermana desnuda. Muchos casos obligan a los policías a emplear gran tiempo de investigación. En uno en el que se divulgaron fotos de una escolar entre compañeros de instituto fueron interrogados más de 40 de los 70 estudiantes que recibieron las imágenes.