La PO-308 es una de las carreteras que denuncian los colectivos de ciclistas al considerarla como insegura, pero no la única. La N-550 y, sobre todo la carretera vieja de Marín (la PO-546) son otros viales que señalan de peligrosos para los aficionados a la bici. Sin embargo, en el último año ha sido el vial entre Baiona y A Guarda, la PO-552 la que ha dejado uno de los episodios más trágicos acaecidos en las carreteras gallegas.

El pasado 12 de marzo de 2016, un ciclista perdía la vía y otros siete tuvieron que ser hospitalizados al ser arrollados también por un octogenario. El pelotón circulaba en línea recta cuando fue embestido por el coche del varón, que se detuvo a 300 metros del siniestro durante unos minutos para luego proseguir su marcha hasta que llegó a un restaurante donde relato lo sucedido. Nueve meses después del atropello, uno de los ciclistas ingresados fallecía a consecuencia de la gravedad de las heridas.

Contra el conductor hay un procedimiento abierto que se sigue por un supuesto delito de homicidio imprudente y lesiones.

Justo cuando se cumplía el primer aniversario de este arrollamiento múltiple, cuatro jóvenes resultaron heridos al ser embestidos por un turismo en la PO-331, a la altura de Vincios. Uno de muchachos resultó ileso y no necesitó recibir asistencia médica, según precisaron fuentes de Tráfico. Por su parte, los otros tres afectados sí fueron atendidos por médicos en el lugar del accidente y se les dio traslado dos al Álvaro Cunqueiro y otro a Fátima.