En lo esencial, el operativo policial dirigido por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo contra el cártel colombiano de Los Boyacos ya se da por cerrado. Salvo sorpresas, no parece previsible que se produzcan más arrestos. Los tres últimos detenidos, todos ellos arousanos que supuestamente iban a adquirir grandes cantidades de cocaína a la red para después traficar a su vez con ella, comparecieron ayer ante el magistrado Juan Carlos Carballal. Y la medida adoptada para dos de ellos -el tercero quedó en libertad si bien sigue investigado- fue la de prisión provisional por la presunta autoría de un delito contra la salud pública cometido en el marco de actuación de una organización criminal. Con esta decisión, se elevan a 18 los detenidos de este importante dispositivo que fueron enviados a la cárcel. Los otros 16, la mayoría colombianos, ya lo hicieron a principios de marzo en la primera fase de este golpe al narcotráfico que fue desarrollado por el GRECO de la Policía Nacional. Los agentes se incautaron de 2,4 toneladas de cocaína.

Los tres detenidos trasladados ayer al juzgado instructor fueron apresados el miércoles en Vilagarcía de Arousa y Ribadumia, localidades que, al igual que Cambados, fueron también objeto de registros domiciliarios. Eran los primeros gallegos apresados en el marco de estas pesquisas. No pertenecerían a la red colombiana, sino que presuntamente habrían tenido tratos con esta banda con la intención de adquirir cocaína al por mayor para después redistribuirla ellos. Tras las comparecencias, el magistrado decretó prisión provisional para dos de ellos, que a primera hora de la tarde fueron trasladados en un furgón de la Guardia Civil al penal.

Sobre la causa pesa ahora secreto parcial -se levantó en determinadas partes de las diligencias-. Los motivos que llevaron a decretar el encarcelamiento para las 18 personas investigadas que están en prisión -otros 9 detenidos quedaron libres- fueron el riesgo de fuga por las altas penas a las que se enfrentan, así como el de reiteración delictiva. Este último se tuvo en cuenta debido al carácter supuestamente sostenido de la actividad delincuencial que se les atribuye en materia de tráfico de drogas.

Organización

La particularidad de este operativo fue que por primera vez se detectó en España a un peligroso cártel colombiano que pretendía asentarse de forma estable en este país para hacer ellos todas las fases del tráfico del estupefaciente, desde su traslado desde el lugar de origen, hasta su recepción y posterior distribución al por mayor a toda una red de compradores. Gran parte de los apresados pertenecerían al núcleo de la organización desarticulada, mientras que otros -como sería el caso de los arousanos- tendrían tratos y relación con la misma. Los dos supuestos cabecillas del cártel trasladados en España fueron detenidos en Pontevedra y Santiago respectivamente. Son Julio Peñaranda, El Loco, y Ronal Alfredo Roa, El Mono. Vigo era uno de los lugares clave: tenían al menos un piso y mantuvieron varias reuniones.