Un vecino de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) ha puesto fin a la fuga del conocido como Don Juan de Marín o estafador de las webs de citas. Sospechoso de embaucar y timar a casi 70 mujeres por toda España durante un período de prácticamente dos décadas, a Rodrigo Nogueira Iglesias lo delataron sus tatuajes y el hecho de que le faltan varios dientes. En las últimas semanas sus peculiares andanzas y su huida de la Justicia tuvieron gran repercusión en programas televisivos y en general en numerosos medios de comunicación. Y eso resultó determinante para que el dueño de un comercio de esa localidad acabase reconociéndolo -le llamó sobre todo la atención uno de sus tatuajes en forma de araña- y alertase a la Policía Nacional. Los agentes lo detuvieron este miércoles por la tarde. Fuentes de la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha confirmaron que fue puesto a disposición judicial en virtud de una reclamación procedente del Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra, que también tenía emitida una orden internacional de búsqueda desde hacía más de cuatro meses ya que Rodrigo no se había presentado a un juicio por estafa a un hotel donde estuvo alojado sin abonar la factura.

Decenas de mujeres, con las que contactaba a través de internet, cayeron en las redes de este marinense. Y lo hizo en numerosos puntos de España. Se calcula que en Galicia sedujo a 13 víctimas para después estafarlas -algunas de Vigo- , pero también habría actuado en Madrid, Valencia, Bilbao, Pamplona, Marbella, Getxo, Ávila, Lleida, Burgos o incluso Palma de Mallorca o Gran Canaria.

Investigación

Diana Otero, abogada del despacho Foro Lex con sedes en O Grove y Cambados donde representan a dos de las perjudicadas, afirma que el número de mujeres afectadas ascendería a 68. "Todo ello en un período que va desde 1998 y hacia adelante; de momento en Ciudad Real, donde fue detenido, no localizamos a ninguna víctima; la última que encontramos es de Pamplona y la denuncia es de diciembre de 2016", señala.

Esta letrada explica que junto a abogados de otras mujeres, las propias perjudicadas y una criminóloga han realizado un trabajo de investigación siguiendo los pasos de Rodrigo. Colaboran con la Policía. Esta ardua labor fue posible gracias a que las víctimas empezaron a ponerse en contacto entre ellas. "Se buscaron las unas a las otras y se descubrió que no era algo puntual", dice la jurista. Pero no todas las mujeres han denunciado. En algunos casos por la baja cuantía de la estafa o en otros por factores como la vergüenza. Se calcula que fueron unas 14 las que dieron el paso de denunciar.

El modus operandi de este hombre natural de Marín consistía en busca a mujeres en webs de citas, para después seducirlas y comenzar una relación con ellas. En muchos casos acababa conviviendo con ellas. Cuando tenía ganada su confianza, les pedía dinero. Y cuando las víctimas empezaban a desconfiar o descubrían sus mentiras, se esfumaba. Tras tener en jaque a Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos d'Esquadra y Ertzaintza, su huida ha llegado a su fin.