Un arma sin huellas, la aparición de un nuevo testigo en el lugar de los hechos y cinta americana bajo investigación. Estos tres puntos son las nuevas pistas que se suman al caso del millonario portugués, en prisión provisional desde mayo de este año acusado de intentar matar con una maza de cantero a su joven esposa en un hotel de Vigo. En el segundo turno de declaraciones de esta causa fueron cuatro los testigos que acudieron ayer a los juzgados. Una de las limpiadoras del establecimiento, según relató la abogada de la presunta víctima, declaró que escuchó "golpes como de empujar a alguien contra la pared y gritos de mujer". La letrada añadió que otra de las empleadas del hotel aseguró haber visto a un hombre, por el momento desconocido, junto a la esposa tras la agresión. El varón desapareció una vez la trabajadora volvió de pedir ayuda. El letrado de la defensa de Carlos Inácio, mientras, informó de que no fue posible hallar huellas en el arma, una maza de cantero cuyo origen sigue siendo un misterio. El abogado aseguró también que se ha pedido investigar la procedencia de cinta americana que apareció en la habitación donde se cometió la agresión.