"Iba despacio, estaba arrancando...", fueron algunas de las escasas palabras relativas al accidente pronunciadas a su salida de los juzgados de Vigo por J.P.F., el vecino de Vincios (Gondomar) de 60 años que supuestamente arrolló con su furgoneta a escasos 500 metros de su casa a un ciclista de 43 años que sufrió graves heridas a raíz del siniestro. El hombre, con dos sentencias por conducir bajo los efectos del alcohol que le impedían ponerse al volante hasta 2021 y que pilotaba una furgoneta C15 que carecía de seguro y de la ITV en regla, huyó tras ese atropello registrado a las doce del mediodía del martes. Fuga que tocó a su fin cuando estaban a punto de cumplirse las 48 horas sin noticias de él: a las diez de la mañana de ayer agentes del grupo GIAT del subsector del tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra lo localizaban y detenían en un monte gondomareño, cerca del campo de fútbol de Vincios, minutos después de dar con su vehículo. Horas después pasó a disposición judicial. Tras declarar y reconocer la autoría del arrollamiento, quedó en libertad provisional. Los cargos por los que se le investigará son delito de lesiones por imprudencia grave, otro por conducir pese a haber sido privado de ese derecho por sentencia judicial y un tercero por omisión del deber de socorro, ilícito este último competencia del jurado popular y que podría conllevar que el caso se tramite por esa vía.

El hombre, que en un primer momento fue trasladado al cuartel de Gondomar y después a la Comandancia de Pontevedra, llegó a los juzgados de Vigo pasadas las cinco de la tarde. Tras comparecer en el Juzgado de Instrucción número 7, en funciones de guardia, quedó en libertad provisional con cargos. Sobre los hechos, reconoció el atropello, señalando que cuando se dio cuenta no le dio tiempo a evitarlo. Según su versión, había cogido el vehículo para ir a por "leña". Ya en el exterior del edificio judicial, a preguntas de FARO, el hombre admitió que sabía que no podía conducir, apuntando únicamente sobre el arrollamiento que "iba despacio" ya que "estaba arrancando". Aseguró que todavía no sabía quién era el ciclista, añadiendo que el herido, según lo que le refirieron, ya había recibido "el alta".

Operativo

Tras el atropello, la Guardia Civil desplegó de inmediato un operativo de búsqueda en el que colaboró activamente la Policía Local de Gondomar. Identificado desde el primer momento y al averiguar que no estaba en su domicilio, se sospechaba que pudiera estar escondido en los montes de su municipio. Y así fue. Según explicó ayer el teniente del subsector de Tráfico de la Guardia Civil pontevedresa, Juan José López Castro, lo primero que encontraron los agentes en una pista forestal fue la furgoneta, con el parabrisas y un espejo retrovisor roto y daños en su frontal anterior izquierdo. Apenas diez minutos después en el monte era hallado el hombre, cerca del campo de fútbol de Vincios. La creencia de los investigadores es que se refugió desde el inicio en ese lugar y que incluso pudo pernoctar en las instalaciones del campo de fútbol.

Aunque el caso entra ahora en fase de investigación judicial, en el que se aclararán las circunstancias del accidente, la Guardia Civil apunta que el conductor "omite un deber de cuidado al no respetar la preferencia del ciclista". Tras el siniestro, se fue de allí sin prestar auxilio al herido. El teniente advertía ayer sobre esta conducta, apuntando que aquellos que incurren en ella "más temprano que tarde deberán asumir las responsabilidades, que serán siempre más graves". En el caso de este conductor, se daba la circunstancia de que tiene en vigor una orden que le impide conducir hasta noviembre de 2017 y a continuación otra con vigencia de 4 años más, es decir, hasta 2021.