Han pasado 14 meses desde la violación y asesinato de Socorro Pérez en Ourense y, de momento, no hay pruebas. Lo reconoce el comisario, Antonio Álvarez Valencia, aunque los intentos por esclarecerlo siguen adelante. La hipótesis principal, un ataque sexual, está vigente -el móvil económico fue descartado- y hay "varias líneas de investigación" para dar con el asesino. En este caso "se dio la situación más difícil que se puede dar", como fue la ausencia en el cadáver de vestigios de una tercera persona por los más de 30 días transcurridos desde que la ourensana fue asaltada mientras hacía deporte, hasta el hallazgo del cuerpo, que estuvo un mes a la intemperie. Sin ADN, ni testigos, ni evidencias en el círculo de la víctima, la investigación se atascó. La Policía Nacional ha realizado una nueva inspección ocular del lugar del crimen, y el laboratorio va a repetir la analítica forense por si pudiera arrojar alguna evidencia.

La medida se encuadra en el trabajo de refuerzo del caso que se lleva a cabo desde hace semanas por iniciativa del nuevo mando. A petición suya, un grupo especial para casos difíciles adscrito a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) revisó los más de 600 folios de actuaciones del crimen de Ourense -que continúa bajo secreto de sumario-, tras elegirlo entre la relación de 484 sin resolver en los últimos 20 años en España. A mayores, también colaboran otros grupos en estas pesquisas.