Consuelo Giménez, hermana de Marino, quiso mostrar su indignación ante las operaciones contra el clan de "Los Morones" a las puertas del juzgado de Cangas. Alega que Marino siempre estuvo a disposición del Fiscal para declarar, y que así se lo manifestó a través de su abogado el día previo a su detención. Por ello quiso dejar constancia de su "sorpresa" ante la segunda fase de la "Operación Vida" desarrollada ayer.

La hija del "rey de los gitanos" está convencida de que las detenciones obedecen a las "denuncias falsas" que realizan los "zamoranos". "Aseguran que les amenazamos continuamente, pero no tenemos tiempo para eso". "En las últimas semanas hemos estado atendiendo a nuestro padre - que continúa ingresado en la unidad penitenciaria del Hospital de Pontevedra- y en hablar con los abogados", sentencia.

"Mi hermano Marino es un bendito, pesa 250 kilos y no le hace daño a nadie. Nosotros sí que estamos asustados. Tenemos miedo. Todavía recordamos a un Guardia Civil entrando en nuestra casa con una pistola en la mano", relata.

Consuelo lamenta que su padre se enterase de la detención del único hermano que quedaba en libertad a través de la televisión. Explica que Olegario estuvo llorando hasta que llegó su madre, Flora. Critica que tratan a sus hermanos como "terroristas" y asegura que estuvieron internados 9 días en el módulo 15 de A Lama cuando deberían haber sido tres.

La madre de la novia de Marino, una joven viguesa de 25 años, también acudió esta mañana a los juzgados de Cangas. La mujer, que se encuentra en tratamiento al padecer leucemia, expresó que la situación es "insoportable".