El macabro asesinato del contramaestre del San Miguel, un barco interceptado camino de Galicia con 3.600 kilos de cocaína en junio de 2008, llega a juicio. El cadáver de José Jesús Isasis González apareció descuartizado en un congelador del domicilio de su amigo y asesino confeso José Antonio Frutos Ayala en Ponteareas el 10 de junio de 2014. La juez de Ponteareas notificó ayer el auto de apertura de juicio oral en la Audiencia de Pontevedra con jurado popular. Frutos Ayala compartirá banquillo con su jefe, el empresario ponteareano David Pumares, acusado de facilitarle la fuga de España tras el crimen. La Fiscalía pide 2 años de prisión para el presunto encubridor y 16 para el asesino confeso, que se entregó seis meses después "cansado" de vivir en casas de acogida portuguesas: "soy la persona que buscan por la muerte del congelador", manifestó al presentarse en el cuartel de la Guardia Civil.

El móvil del crimen sigue sin esclarecerse, no así la muerte de Isasis, que según los forenses fue sorprendido y no pudo defenderse. Murió golpeado repetidamente con un objeto contundente, una plancha según el fiscal, con la que le fracturaron el cráneo y le destruyeron parte del cerebro. Ayala, para cerciorarse de que su amigo estaba muerto, le puso una almohada en la cabeza y apretó con fuerza para evitar que pudiese respirar.

El 21 de marzo de 2014 por la tarde la víctima acudió al piso de Frutos Ayala. Ambos salieron de fiesta y regresaron a la mañana siguiente, momento en el que habrían tenido una discusión y cuando posiblemente se cometió el crimen. Dos días después el asesino confeso adquirió un congelador para ocultar el cadáver. Como el cuerpo no entraba, decapitó con una radial a su amigo y le cortó las piernas por debajo de las rodillas. Cerró el arcón con una cadena hizo vida normal mientras convivía con el cadáver hasta el 6 de junio.

Pero la familia de la víctima sabía que había ido a su casa y aunque Frutos aseguraba cuando les llamaba que estaban juntos y bien, decidieron denunciar su ausencia. La hermana de Jesús llamó al empresario David Pumares y le preguntó pro Frutos Ayala y Jesús, ya que no era capaz de contactar. Pumares, según el fiscal, telefoneó a Frutos utilizando la tarjeta SIM del equipo de alarma de su negocio y evitar que rastrearan la llamada. Horas después, según la Fiscalía, se reunió con Frutos Ayala en una gasolinera de As Neves y éste le reveló el crimen. El empresario le ayudó a huir y le facilitó un vehículo en el que el asesino confeso se fue a Portugal. El Ministerio Público sostiene que David Pumares ayudó a Frutos porque actuaba como testaferro suyo y ambos están procesados en otros casos. Concretamente en la compra de la constructora García Bodaño, un rocambolesco suceso en el que también aparece un falso fondo catarí.

La defensa de Frutos Ayala solicita su absolución al alegar legítima defensa en un forcejeo que se les fue de las manos y, en el peor de los casos, que la condena sea de homicidio por imprudencia. El abogado del empresario encausado también pide su absolución.Un jurado popular decidirá, si bien aún no hay fecha de juicio.