El tiroteo en Vigo a varios vendedores ambulantes del clan de los Zamoranos, uno de los cuales resultó herido, cuando se dirigían en sus vehículos a Porriño al concluir el mercadillo de Coia, puede acabar archivado por falta de autor conocido. Ni las víctimas de los disparos, que se enmarcaban en el conflicto entre el clan agredido y el de Los Morones, ni los testigos han aportado datos para avanzar en la investigación, pendiente de los informes de balística y de sanidad. La nueva legislación conllevaría su archivo provisional a la espera de nuevas pruebas.