El fiscal solicita 13 años de prisión para la mujer que en 2011 raptó a punta de cuchillo a su hijo del centro de acogida de Aldeas Infantiles en Redondela, lugar en el que el bebé se encontraba acogido. A la acusada, Emilia M.F., detenida en un control rutinario en Palencia cuatro años después del suceso, se le imputa un delito de sustracción de menores, detención ilegal y robo con intimidación.

Su pareja, un ciudadano portugués identificado como Bruno P.T. ya cumple condena por estos hechos pues fue juzgado en octubre de 2012 y aceptó en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo 9 años y medio de prisión. Tras pedir perdón a las monitoras secuestradas alegó que había actuado por amor, pero también bajo el efecto de distintas sustancias estupefacientes pues era adicto a las drogas.

Una fuga repetida

En enero de 2011 Emilia, de 35 años y natural de Sevilla, acababa de perder la tutela de su hijo más pequeño, de apenas año y medio, tras ser detenida en Bilbao y ya le había pasado lo mismo años antes con otro hijo algo mayor. Sus reiterados problemas con la Justicia y los antecedentes de toxicología que arrastraba le llevaron a perder la custodia de los dos niños, que fueron tutelados por la Xunta de Galicia. Aquel 22 de enero acudió al complejo de Aldeas Infantiles a las 12 del mediodía para ver a su hijo pequeño que en aquel entonces tenía año y medio. Tenía cita y permiso para estar con él durante una hora.

Poco antes de la una del mediodía, cuando finalizaba la visita al menor, Bruno P.T. esgrimía un enorme cuchillo y amenazaba a las dos educadoras, con las que se atrincheró en el pequeño chalé donde reside el bebé, mientras su novia huía la menor en el coche de una de las rehenes a la que le quitó las llaves.

Inicialmente aseguró que iba a retenerlas dos horas para dar tiempo a la mujer a huir, pero luego optó por prolongar la retención más de cinco horas porque "con mis antecedentes, se que voy a la cárcel", según confesó él mismo a los agentes que le detuvieron una vez que se quedó dormido y las monitoras escaparon.

Varias unidades de los GOES se desplazaron a Redondela desde su base en A Coruña y numerosas patrullas cerraron el perímetros de Aldeas Infantiles, un complejo formado por varios chalés en el interior de un recinto. Un negociador de la comisaría de Vigo inició el contacto con el secuestrador. Pasadas las 17.30 horas las dos educadoras consiguieron escapar y los agentes redujeron al secuestrador.

La huída de Emilia, que llegaría a activar una alerta nacional de búsqueda y captura , terminó cuatro años después en un control rutinario de tráfico en Palencia. Allí se le identificó a ella y a uno de sus hermanos. Sobre ambos pesaban requisitorias judiciales y fueron detenidos. Desde el pasado 15 de julio Emilia permanece ingresada en el centro penitenciario de Topas en Salamanca. El juicio por el rapto del menor, del que sigue sin haber rastro alguno aunque se sospecha que está con sus familiares, no es el único que tiene pendiente en su largo historial policial de hurtos y robos pro toda España.