A puerta cerrada. Así se celebró ayer en la Audiencia de Pontevedra el juicio contra el acusado de someter a continuos abusos sexuales a sus dos hijastras menores de edad y a su propia hija, además de maltratar de forma reiterada a su pareja sentimental y madre de las tres pequeñas. Unos hechos que se produjeron en el partido judicial de Caldas entre 2004 y 2013, fecha en la que la mujer presentó denuncia a la que se sumó después una de sus hijas, ya adolescente. El fiscal mantuvo su petición de 35 años de cárcel para el procesado, confirmaron fuentes de la Fiscalía.

Es la misma pena que figura en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público y en el que relata como dos de las menores, las hijastras del acusado, sufrieron estos episodios de abuso sexual que les causaron un "importante daño psicológico y un fuerte sufrimiento emocional" siendo necesario que ambas todavía reciban apoyo psicológico en la actualidad.

Fue en 2003 cuando el acusado inició una relación con la madre de las dos menores y se fue a vivir con ella y sus hijos al domicilio de esta. Tras los primeros meses de convivencia, y cuando la primera de las niñas contaba con 9 años, se habrían iniciado los tocamientos y los episodios de abuso sexual que denuncia el fiscal. Estos se habrían repetido hasta 2005, momento en el que cesaron tras una ruptura de la convivencia temporal y que retomó en 2007 y hasta 2008, cuando la joven (hoy mayor de edad) tenía 13 años. El fiscal señala que el acusado actuó de la misma manera con su hermana, tres años menor que ella, es decir, cuando ella tenía unos 6 años. Estos abusos presuntamente se prolongaron entre 2004 y 2005.

En 2008 nació la hija que tuvieron juntos el acusado y la madre de las dos menores anteriores, niña que supuestamente también sufrió abusos.