El vilanovés Francisco Javier Fernández Pomares, hijo del histórico PequePeque, heredó de su padre -ya fallecido- no solo el mote, sino también importantes contactos con los carteles de la cocaína en Sudamérica. Aprendió de los errores de otros y estaba limpio de antecedentes. En la sombra dirigía y financiaba, sin embargo, una de las organizaciones de narcotraficantes gallegas más activas desmanteladas en los últimos tiempos, que preparó en paralelo y en apenas tres meses tres grandes transportes marítimos de 6.000 kilos de hachís desde Marruecos y otro de 600 kilos de cocaína, según el auto de la magistrada del Juzgado de Instrucción 1 de Vigo que dirigió la Operación Santa y que ha remitido el caso a la Audiencia Nacional con 24 imputados.
El Peque, según la investigación, no usaba teléfonos móviles, ni acudía a reuniones con integrantes de la banda ni con los proveedores de las sustancias estupefacientes. Se reunía siempre cara a cara con su lugarteniente, el narco cambadés Lorenzo Toledano González, a quien transmitía las órdenes de forma verbal y éste era quien las ejecutaba y actuaba como "jefe máximo operativo de la organización", según el auto de inhibición.
Pero aunque Pomares "buscaba la reserva más absoluta sobre su papel y participación", el pago en efectivo a los dos tripulantes del velero Silver Back, interceptado en el Atlántico con 600 kilos de cocaína, le delató como "presidente" de la organización. El patrón del velero, el grovense Elvis C.P., habló con su novia durante la travesía. La madre de Elvis, según le contó su novia por teléfono, había recibido una entrega de dinero y una anotación de un tercero, del que menciona las características de su vehículo, que resultó ser el de Fernández Pomares. Unos ingresos que, según constatan los investigadores, realiza el Peque y que sirven para facilitar la travesía de Elvis y el vigués Román C., únicos tripulantes del velero.
La madre de Elvis, detenida e imputada en la causa al igual que la novia de éste, admitió en su declaración que recibió el dinero de Fernández Pomares y que lo fraccionó y remitió su parte a cada uno de los dos tripulantes del Silver Back.
No son los únicos indicios contra el vilanovés como supuesto cabecilla de la organización. El velero se encontró con un serio problema, pues se queda sin víveres y combustible para el regreso tras recoger más cocaína de la prevista en el Atlántico. "Tuvimos una visita y traían más, mucho más" de lo esperado, según la llamada que obra en autos y que realizó Elvis. Entonces el Peque toma las riendas pues es quien tiene contactos con los suministradores sudamericanos y soluciona el contratiempo, según los investigadores.
La organización atribuida al Peque tenía una importante infraestructura en Galicia y otra rama de apoyo logístico en el sur. Toledano es quien coordina todo y se desplaza. Tenía a su vez varios lugartenientes, con los que viaja a Marruecos y Andalucía para preparar los transportes de drogas y utilizaban encriptaciones para ocultar claves y números de teléfonos. Pero la labor policial permitió mediante seguimientos, complicadas vigilancias y pinchazos de teléfonos frustrar tres grandes alijos de hachís que iban a introducir barcos de la organización.
Las embarcaciones Anamar III y Pantri, según el auto judicial, fueron trasladadas por el grupo desde Galicia a Almería. Así, la primera partió del puerto almeriense el 30 de mayo de este año para introducir un alijo por la costa de Murcia. La Guardia Civil dio al traste con las intenciones de los narcos, al abordar el yate e incautarse de los 2.700 kilos de hachís. Juan Carlos Fernández Oubiña, lugarteniente y cuñado de Toledano era el patrón y le acompañaban José García y Farid Hellal, supuesto controlador de los narcos marroquíes. Al día siguiente, y con la salida también desde Almería de la otra embarcación, la red intentó otra descarga: iban supuestamente a introducir por Granada 1.250 kilos del mismo estupefaciente, pero de nuevo la intervención policial permitió aprehender el hachís. En la Pantri iban Francisco José Prieto Álvarez, "consejero" de Toledano y piloto experimentado, y Luis Relat , según el auto judicial. Además de estos dos alijos, la juez estima que "puede vinculárseles" con otros 2.000 kilos de hachís interceptados a bordo del Mago, una embarcación que no era de la organización y fue apresada en Cartagena.
Pese a que los tres alijos fueron intervenidos, la red mantuvo el transporte de la cocaína en el Silver Back, que fue apresado el pasado 7 de agosto por el Greco Galicia que seguía a la organización atribuida al Peque desde un año antes.
