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Un crimen por encargo en noviembre de 2008

La nuera de una empresaria gallega asesinada en Caracas, detenida en Vigo 6 años después

Unos sicarios tirotearon a Sesita Vecoña en uno de sus hoteles - Elisardo, hijo de la víctima, espera juicio como inductor y Venezuela pide la extradición de su exmujer como cómplice

Elisardo Alonso (dcha.) porta el féretro de su madre, Sesita Vecoña. // I.O.

La Policía Nacional ha detenido en su domicilio de Vigo a María Estela González Domínguez, nuera de la empresaria gallega Sesita Vecoña, a petición de Venezuela que solicita su extradición al implicarla en el asesinato de su suegra, muerta a tiros por dos sicarios cuando dormía en la habitación de uno de sus hoteles en Caracas en noviembre de 2008. Las autoridades venezolanas emitieron a través de Interpol la orden de búsqueda, detención y extradición al considerarla cómplice de su entonces marido, Elisardo Alonso, el hijo mayor de la víctima que permanece en prisión a la espera de juicio acusado de encargar el asesinato de su madre. La orden internacional de detención indica que se la busca para ser juzgada en Venezuela "por sicariato en grado de cooperación necesaria".

La mujer permanecía ayer en los calabozos de la comisaría de Vigo a la espera de ser trasladada a la Audiencia Nacional en Madrid donde se celebrará la vista de extradición. En caso de que España lo autorice, será trasladada a Caracas, ciudad en la que residía con su marido en el momento del crimen y ambos, que se enfrentan a penas de prisión de entre 25 y 30 años, podrían ser jugados juntos.

María Estela González Domínguez regresó a España tres días ants del crimen con el hijo menor que tenía con Elisardo. Con su entonces marido acudió al entierro de Sesita Vecoña en su parroquia natal de la localidad ourensana de Beariz. Se quedó en la casa de sus padres en Vigo y pese a la detención en Caracas de su marido -que le otorgó poderes legales- no volvió a Venezuela a pesar de los numerosos requerimientos de la Justicia de aquel país que quería tomarle declaración. Años después, con su esposo en prisión, solicitó desde España el divorcio.

Una herencia sangrienta

El móvil del cruel asesinato fue económico. Sesita Vecoña, afincada con varios de sus hijos de sus hijos en Vigo donde montó negocios de hostelería tras muchos años de emigración en Venezuela, regresó al país caribeño para ayudar a su hijo Elisardo, que al parecer tenía problemas económicos, y pese a empezar casi de cero montó un emporio hotelero.

Pero entonces descubrió cosas que no le gustaron en su hijo favorito, que pretendía despojarles de todos sus bienes, por lo que ella, su marido y su hijo pequeño denunciaron en los tribunales a Elisardo y a María Estela por fraude y falsificación, pues su hijo mayor acabó echándoles de los tres hoteles de la familia en Caracas falsificando su firma.

Dos días antes de la sentencia que devolvería a Sesita y a su marido la titularidad de los negocios, dos hombres que se hicieron pasar huéspedes descerrajaron a la empresaria gallega dos tiros mientras dormía en una habitación del "Royal Palace" , uno de los hoteles que regentaba.

Los sicarios le delataron

La Policía venezolana identificó pronto al intermediario, un taxista que confesó que había puesto en contacto a Elisardo Alonso Vecoña con los dos sicarios. También cayeron poco después los dos sicarios que, tras confesar que Elisardo era el inductor del crimen y que les facilitó el acceso al hotel, así como la habitación en la que dormía Sesita Vecoña, lograron fugarse. En su fuga hirieron también a una de las camareras del establecimiento.

Casi siete años después del asesinato el único de los implicados que ha sido juzgado es el intermediario. Se enfrentaba a 27 años de prisión pero el tribunal le impuso 12 años y medio de cárcel al aplicarle las atenuantes de confesión y colaboración con la justicia.

La Justicia achaca al propio Elisardo las dilaciones de la causa y el que no haya llegado aún a juicio por los numerosos recursos y apelaciones presentadas. En cuanto a los sicarios, corrieron distinta suerte tras fugarse. Lezynyer Eduardo Díaz Estrada, que ejecutó con dos tiros a la empresaria gallega mientras dormía, sigue huido de la Justicia y Carlos Felipe Aguilera Dalis, el compañero que mantuvo abierta la puerta para huir de la habitación y del hotel, falleció en un tiroteo con la Policía venezolana. Había cambiado su identidad y cuando iban a detenerle como Jeferson Jesús Díaz Moreno por su participación en el secuestro de una persona, hizo frente a los agentes y cayó abatido a tiros.

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