El jurado ha declarado a Juan Carlos Aguilar, el falso monje shaolín, culpable de asesinar con alevosía a Yenny Sofía Rebollo, colombiana de 40 años, y a Maureen Ada Otuya, nigeriana de 29 años de edad, tras recogerlas en su vehículo en la calle General Concha de Bilbao y llevarlas a su gimnasio. No obstante, ha rechazado que haya habido ensañamiento en el caso de Otuya, al considerar que no aumentó "deliberada ni inhumanamente el dolor de la víctima". El acusado será condenado a una pena de entre 30 y 40 y no podrá acceder a beneficios penitenciarios ni ser indultado, tal como ha decidido el tribunal popular. La letrada de Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular y el abogado de la familia de Otuya, se mostraron "muy decepcionados" porque el jurado consideró que hubo ensañamiento. Han adelantado que, si es posible, recurrirán la sentencia que se dicte.