Un delincuente habitual, Felipe S.D. será juzgado el jueves en Pontevedra acusado de cinco delitos de hurto y robo cometidos en apenas dos días en distintos puntos de la provincia. Un periplo que inició en Marín con el robo de un coche fúnebre en pleno entierro y que tras asaltar dos estancos abandonó en Samil, donde robó el coche a otro conductor al que dejó en calzoncillos. La Policía puso fin a su fuga tras una espectacular persecución policial por las calles de la ciudad del Lérez en octubre de 2013 en la que dañó un total de 18 vehículos, incluido el todoterreno que pilotaba y que acabó estrellando contra el edificio de la Seguridad Social.

Un episodio que le ha valido una petición de condena por parte del Ministerio Fiscal de 13 años y 9 meses por los delitos hurto de uso de vehículo a motor, dos robos con violencia uno en grado de tentativa, dos robos con intimidación y otro de daños, así como una falta de lesiones.

Con múltiples condenas por delitos contra la propiedad y varias por conducción temeraria, se sentará en el banquillo de los acusados junto a Jesús O.A., quien lo acompañó en alguno de los robos; así como Diana Isabel D. V., a quien se acusa de participar junto al principal implicado en un único robo. Los hechos comenzaron a la una y media de la tarde del 9 de octubre de 2013, cuando Felipe y Jesús no tuvieron reparos en hacerse con un furgón de una empresa funeraria que estaba aparcado ante el Templo Nuevo de Marín. Según el fiscal, ambos aprovecharon que los empleados de la funeraria habían entrado en la iglesia para proceder al traslado del féretro durante un entierro para subir al vehículo, que estaba abierto y con las llaves puestas, y arrancarlo para huir a gran velocidad.

Se dirigieron a Lalín, en donde se llevaron un exiguo botín de 60 euros y varias cajetillas de tabaco de un estanco mientras uno de ellos sujetaba a la propietaria. De nuevo al volante del coche fúnebre hicieron una parada en Cuntis, en donde supuestamente golpearon y a un vecino que se encontraba en plena calle para robarle. Llegaron a colocarle un destornillador al cuello y amenazaron con clavárselo pero al final la víctima logró arrebatarles el arma y dar una patada a uno de ellos, hecho que consiguió ponerlos en fuga, siempre según la versión del fiscal.

Luego se dirigieron a Vigo. Circulaban por la avenida de Samil cuando supuestamente Felipe se bajó del furgón funerario y se dirigió al vehículo que se hallaba inmediatamente detrás, un Volkswagen Touareg a cuyo propietario apuntó con una pistola (se desconoce si simulada o real) y le exigió que le entregase 300 euros. Visto que no tenía dinero encima, el fiscal asegura que le robaron el coche y los pantalones, dejando a la víctima sin vehículo y en calzoncillos antes de darse a la fuga. Abandonaron el furgón funerario cerca de la avenida de Samil antes de regresar a Pontevedra, en donde estacionaron y donde reside Felipe, quien se quedó con las llaves.

Sexo durante un robo

Allí contactó con Diana Isabel. Sobre las siete horas acabaron en el área de servicio de la AP-9 en Vilaboa en donde, según el fiscal, Felipe propuso mantener una relación sexual a un hombre. Este accedió, pero habría aprovechado este acto para robarle un teléfono móvil y las llaves del coche. Luego le dijo que si quería recuperar estos efectos tendría que darle dinero, como así ocurrió. En Pontevedra Felipe aparcó y al Policía localizó el coche y le esperó. Se subió con Diana y comenzó la persecución: dañó a 18 vehículos en su fuga, pero logró acabarla a pie y hasta el día siguiente no fue detenido.