El fallecimiente de Rafael Abeijón Broullón, Tiriti, el aventurero redondelano que fallecía después de una caída de más de 200 metros en el Aneto ha conmocionado a conocidos y extraños. Desde que se ha conocido la trágica noticia, las muestras de apoyo y pésame non ha parado de sucederse, especialmente a través de la redes sociales. El grupo TT de Rande, del que era impulsor, ha cambiado su imagen en Facebook por una rosa negra y un lazo negro en señal de luto.

Después de la publicación de la noticia, los mensajes de consuelo no han dejado de sucederse en el post que este periódico ha colgado a primera hora de esta mañana. "Grande Tiriti!! Un amigo de tod@s", escribía Jerónimo Rafael Darriba poco después de conocer la trágica noticia. Rafa Uranga Granados, aún impactado, recordaba la última vez que había estado con el aventurero redondelano: "Rafael estuvo con nosotros el sábado en el Circuito de Alcañiz y nos despedimos sobre las 21:30. Quedó en que se pasaría el domingo por nuestro box para las carreras pero no vino."

Quizá, el mensaje más emotivo ha sido el que ha publicado Noelia Amoedo Suárez, administradora del grupo TT de Rande!!! en Facebook: "A veces no encontramos palabras para poder expresar lo que sentimos, y hoy es eso lo que nos pasa", confesaba emocionada. "Ese tío que nos dijo a tod@s que juntos podíamos, que teníamos que luchar por lo que nos unía. Y ahora tod@s juntos lamentamos tu pérdida."

"¡Qué pena! Descanse en paz. Mi apoyo a la familia que la estará pasando mal", lamentaba Rafael de Diego en otro comentario. "No sabía que en Redondela teníamos una persona así.[...] Una persona con espíritu aventurero son de las pocas que merecen la pena. Una lástima no haberlo conocido", dice Javier González.

Un apasionado de las motos

Hace menos de una semana que sus vecinos vieron por última vez a Rafel Abeijón. Sabían de su amor por la aventura desde siempre y de su reciente afición por el montañismo. Se propuso subir el pico más alto de Pirineo, el tercero de España tras el Teide y el Mulhacén, y su empeño le costó la vida.

La otra gran pasión de Rafael siempre fueron las motos, impulsando el club de aficionados TT de Rande donde con frecuencia se reunían sus amigos. Una de sus grandes ilusiones era conseguir que Galicia tuviese un circuito de velocidad