"Mi hermano es perfectamente consciente del accidente. Aunque le cuesta hablar, lo que me transmitió coincide con lo que relataron otros ciclistas, que la furgoneta hizo un giro de 180 grados y que intentaron esquivarlo sin conseguirlo...". Así se expresaba ayer Nelson Santos, alcalde de Porriño, cuyo hermano Carlos fue uno de los heridos en el siniestro ocurrido en Viladesuso (Oia), sufriendo lesiones por las que permanece en la UCI del Hospital Xeral. Aunque evoluciona favorablemente, la información que le transmitieron los sanitarios es que, en principio, su hermano permanecerá unos días más en esta unidad ya que aún "hay riesgo de complicaciones". Este ciclista, del club Spol porriñés, no es el único de los heridos aún ingresado. También lo está, en el Hospital Meixoeiro, Aida Valiño, del club de ciclismo Rías Baixas, el mismo al que pertenece su novio, el también deportista de élite Gustavo Rodríguez. "Está un poco mejor, pero sufre dolores por el golpe", dice el joven. Ya operada de neumotórax y fractura de tabique nasal, su compañero señalaba ayer que aún está pendiente de ser intervenida por fracturas de clavícula y codo.

El accidente, sucedido el sábado, acabó con ocho ciclistas heridos. Pero el grupo lo formaban muchos más deportistas. Uno de los que estaban en aquel pelotón es Valeriano Carrera. "Yo por suerte tuve tiempo para esquivar y frenar; pero los heridos no tuvieron tiempo de reacción, no tuvieron escapatoria", relata este hombre, que describe la maniobra de cambio de sentido que hizo el conductor de la furgoneta como un "giro brusco". "Fueron ocho los trasladados al hospital, pero cayeron más... fue un desastre", se lamentaba ayer este deportista, que critica la reacción que tuvo el conductor tras el siniestro. "Bajó del vehículo y no se preocupó por nadie; y por encima decía que la culpa era nuestra; hay que ser un poco humano...", se lamenta.

Otro de los integrantes de ese grupo de ciclistas era Juan Campos. También pudo reaccionar y no sufrió lesiones. "El furgón estaba aparcado y giró en redondo cuando pasaron los compañeros", recuerda, poniendo también el acento en la conducta del hombre que iba al volante de ese vehículo. "Lo que más me llamó la atención es que no hizo nada por echar una mano", concreta.