María Montserrat González, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, declaró ante la jueza que instruye las diligencias que la mató para hacer justicia porque le hacía la vida imposible a su hija, Montserrat Triana Martínez. "Me vi en la obligación de hacerlo por todo lo estaba haciendo a mi hija", señaló María Montserrat González, de 59 años, que en otro momento de su declaración explica ante la jueza que cometió el crimen a plena luz del día y con evidentes riesgos de ser descubierta porque "estaba harta y no podía más".

Así consta en el sumario, al que ha tenido acceso Efe, de la causa por el crimen de la presidenta de la Diputación de León y del PP provincial, que fue abatida a tiros el pasado 12 de mayo cuando cruzaba una pasarela peatonal sobre el río Bernesga para dirigirse a la sede de su partido. También explicó durante su declaración que efectuó el primer disparo por la espalda y que luego la remató cuando se encontraba en el suelo.

María Montserrat González declaró que ella misma cargó el revolver, que había comprado en el mercado negro de Asturias por 2.000 euros, después de "mirar por Internet como se hacía". También reconoció que llevada unos dos años intentado acabar con la vida de Isabel Carrasco. Aseguró que actuó así por "desesperación" y ante la "injusticia" que se estaba cometiendo con su hija, Montserrat Triana Martínez, también imputada, a la que "Isabel estaba haciendo la vida imposible desde hacía mucho tiempo", y que se sentía "acosada" y había adelgazado 25 kilos.

La presunta homicida responsabiliza a Isabel Carrasco de la salida de su hija de la Diputación en 2011, donde trabajaba como ingeniera de telecomunicaciones, y sostuvo durante su declaración que la presidenta de la institución intrigó para que le dieran el puesto a otro aspirante cuando la plaza de Montserrat Triana salió a concurso.

Durante su declaración, la autora confesa del crimen trató en todo momento de exculpar a su hija, afirmó que ésta desconocía sus intenciones y que "no tiene nada que ver" con los hechos.

Por su parte, Montserrat Triana Martínez, de 35 años, negó en todo momento durante su declaración su participación en el crimen y explicó que ese día fue con su madre al centro en coche y que cada una se dirigió a lugares distintos a hacer diversas gestiones. Según su declaración, cuando se reencontró con su madre ésta le entregó un bolso y le pidió que lo hiciera desaparecer.

También explicó que lo depositó en el interior de un coche, propiedad de Raquel Gago, una policía local de León con la que mantenía una gran amistad y a la que dijo encontrarse casualmente por la calle. No obstante, la Policía comprobó que minutos antes Triana y Raquel, que también está imputada, habían hablado durante 17 segundos por teléfono. Respecto al medio kilogramo de marihuana hallado en su domicilio durante un registro, ha explicado que era su madre "la que fumaba porros" y que ella desconocía que esa droga se encontraba en su casa.

Por su parte, el policía jubilado que observó cómo una mujer disparaba sobre presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y decidió seguirla con lo que propició su rápida detención, declaró ante la juez que llegó a temer por su vida. Así consta en el sumario de la causa, al que ha tenido acceso Efe, que recoge la declaración de este testigo, considerado clave para el rápido esclarecimiento del crimen.