Uno de los autónomos a cuyo nombre se había abierto una cuenta y se facturaban facturas, destapó el mayor fraude fiscal de Galicia. El hombre, ciudadano rumano, reclamó a Hacienda la devolución del IRPF y su sorpresa fue mayúscula cuando la Agencia Tributaria le informó de que no le correspondía nada porque tenía una cuenta bancaria con 300.000 euros. Desde entonces, la causa avanza en el Juzgado de Instrucción 6 de Vigo con miles de folios y casi 200 imputados. El caso resulta tan complejo que se ha nombrado un juez de refuerzo para que la magistrada titular se dedique en exclusiva a la investigación. De las cinco primeras piezas separadas, correspondientes a empresarios que han admitido su culpa en la utilización de facturas falsas, se ha pasado a un total de 14 aunque no en todas los imputados admiten su participación en la trama. Éstas serán las primeras en ir a juicio, mientras que la causa general puede tardar años en hacerlo.