Un conflicto judicial a causa de la custodia de una menor propició ayer una situación insólita en el edificio de la Audiencia en Vigo. La madre de la pequeña agredió a su exsuegra en los baños de la planta baja de los juzgados, y los gritos de auxilio de la víctima retumbaron en las salas de audiencia y movilizaron a los agentes de la Policía Nacional que custodian el edificio -que solicitaron refuerzos- y a los forenses, que fueron los primeros en atender a la víctima -que sangraba por la cara y fue evacuada en ambulancia- y a su exnuera, que sufrió un ataque de ansiedad.

El suceso tuvo lugar sobre las 12.00 horas y causó un gran revuelo dada la gran cantidad de personas -entre justiciables, procuradores y abogados- que a esa hora se encontraban en el edificio de los juzgados. El primer agente que pasó a los baños donde tuvo lugar la pelea salía poco después con las gafas rotas de la víctima, que le seguía conmocionada y con la cara ensangrentada. Mientras una forense atendía a la víctima en un banco del pasillo, la presunta agresora era custodiada y atendida por otros médicos en el cuarto de baño.

Sus versiones sobre lo ocurrido son distintas. La abuela de la niña relató que entró al baño y su exnuera la siguió. Alega que abrió con fuerza la puerta y le tiró las gafas, después la arrojó al suelo y allí la agredió a patadas y puñetazos en brazos y piernas, por lo que gritó con fuerza "Policía, Policía", para pedir auxilio. Unos gritos que se oyeron hasta en la última planta del edificio judicial.

La víctima sostiene que su nieta, de 11 años, sufre malos tratos por parte de su madre y por eso la víspera la había denunciado. De hecho, sus abogadas estaban en el Juzgado de Violencia contra la Mujer, donde iba a tener lugar una comparecencia sobre el tema.

La versión de la madre de la menor es distinta. Está separada de su pareja y tiene la custodia de la pequeña, que desapareció de casa el martes. Sobre las 21.00 horas y tras hablar con profesores y amigos sin localizarla, denunció su desaparición a la Policía Nacional. La había castigado por problemas de estudios y la tutora escolar la había citado el martes por la tarde. La niña, según el entorno materno, temía otra regañina y decidió marcharse. Llamó a su abuela, que le habría enviado un taxi y la acogió en su casa de Bembrive. Cuando la Policía Nacional acudió allí el martes por la noche, les aseguró que no estaba en el domicilio. Horas después en la vivienda ya no había nadie.

Sobre las 3 de la madrugada de ayer, los agentes avisaban a la madre de que la menor debía estar con su abuela, pues había acudido horas antes con ella al juzgado de guardia de Vigo para denunciarla por malos tratos a la niña. La madre fue citada ayer por la mañana en el Juzgado de Violencia contra la Mujer -denunció al padre de la pequeña por malos tratos y tiene en vigor una orden de alejamiento, por lo que todas las modificaciones sobre la niña se hacen allí-. La mujer asegura que se enzarzó con su exsuegra porque esta le dijo "la custodia de la niña ahora es mía". Admite que la agarró de los pelos, pero asegura que no le pegó. Una testigo corroboró que su exsuegra se hirió con la puerta y por eso no fue detenida.

La madre de la niña no pudo comparecer ante la juez al acudir a su médico para recibir. Poco después de que ella y la abuela abandonaran los juzgados, llegaban el padre y la pequeña -que al parecer esperaba en un coche- para que la viera un forense. Dado el ataque de ansiedad de su madre, la juez dejó a la menor provisionalmente con su padre hasta que hoy vuelvan al juzgado y se adopte una resolución.