Los funcionarios del Concello de Cualedro (Ourense) se quedaron ayer estupefactos al entrar en el consistorio. Nada estaba en su sitio y un manto de polvo blanco cubría las estancias. Los vándalos escalaron durante la noche la fachada del edificio y accedieron a las dependencias municipales provocando destrozos en todo el edificio. Solo se salvaron las oficinas de atención ciudadana y urbanismo, en la planta baja. Quemaron la bandera nacional en el salón del plenos y los emblemas institucionales del balcón consistorial. Arrancaron las tres banderas de su respectivo mástil (gallega, española y europea) y las quemaron juntas en el patio exterior del edificio. Después, echaron mano de los dos extintores y los vaciaron por todas las dependencias cubriéndolo todo de polvo. Esta hazaña cubre sus huellas, pero no sus pisadas, que ayer eran investigadas por la Guardia Civil.