El joven acusado de asesinar a uno de sus amigos en su vivienda de Carral (A Coruña) en septiembre de 2009 alegó ayer durante el juicio que la pistola se disparó de forma accidental cuando se la enseñó a la víctima. "Levanté el arma y se me disparó. Si empuñas un arma, el dedo te va por inercia hacia el gatillo. No sabía que la pistola tenía el cargador, sino, no hubiese actuado así. No apreté el gatillo para matar a nadie. No apunté. Surgió así y pasó lo que pasó", relató el procesado en la Audiencia Provincial de A Coruña.

La fiscal, sin embargo, no se cree su versión y solicita que sea condenado a una pena de veinte años de prisión y al abono de una indemnización de 170.000 euros a la familia del fallecido. La acusación pública sostiene que el procesado descerrajó un tiro en la cabeza a la víctima cuando se encontraba "tranquila" en el sofá. El imputado afirmó que el fallecido era "su mejor amigo" y señaló que el día del crimen bebió "entre 25 y 30 cañas".