Alerta nacional para detener a la madre que raptó a su bebé de año y medio en un centro de acogida de Redondela y huyó con él en el coche de una de las educadoras mientras su pareja retenía cinco horas a punta de cuchillo a dos monitoras para facilitar la fuga. A tal fin se ha dictado una orden de búsqueda y captura a nivel nacional contra E.M.F., de 35 años y natural de Sevilla. Los investigadores están convencidos de que ha salido de Galicia y, aunque se sospecha que no se habría dirigido a Portugal, los controles policiales establecidos no descartan ninguna posibilidad.

Su novio, un ciudadano portugués de 37 años identificado como Bruno P.T. y detenido tras atrincherarse con las dos educadoras en una de las viviendas del complejo de menores, permanece en los calabozos de la comisaría viguesa a la espera de pasar a disposición judicial en Redondela en las próximas horas. Mientras, sus dos rehenes no han podido superar la tensión vivida y se encuentran de baja médica por un fuerte shock.

En el complejo de Aldeas Infantiles, que mantiene un convenio con la Consellería de Traballo e Benestar para acoger a niños tutelados por la Xunta tras la retirada de la custodia a los padres, no había ayer menores. "Necesitamos volver a la normalidad cuanto antes y olvidar este episodio. Fueron momentos de mucha tensión, un suceso lamentable y tanto los niños como el personal están todavía muy nerviosos por lo sucedido, explicaba ayer el director del centro Camilo José Fernández.

Los responsables de Aldeas Infantiles no quieren realizar ninguna manifestación o valoración de lo ocurrido a petición de la Policía. En cuanto a las dos monitoras, el director del complejo de Redondela pide "dejarlas tranquilas ya que necesitan tiempo para su recuperación".

La pareja, con numerosos antecedentes por robo y hurto y problemas de toxicomanía, llegó al complejo de acogida el sábado por la mañana para una visita de una hora concertada por la madre. Algunos vecinos apuntaban ayer que viajaban en un coche robado, que quedó abandonado allí, y pidieron un bocadillo a una vecina. Como no tenía pan, se conformaron con dos plátanos.

Poco antes de la una del mediodía, cuando finalizaba la visita al menor, Bruno P.T. esgrimía un enorme cuchillo y amenazaba a las dos educadoras, con las que se atrincheró en el pequeño chalé donde reside el bebé, mientras su novia huía la menor en el coche de una de las rehenes a la que le quitó las llaves.

Inicialmente aseguró que iba a retenerlas dos horas para dar tiempo a la mujer a huir, pero luego optó por prolongar la retención más de cinco horas porque "con mis antecedentes, se que voy a la cárcel", según confesó él mismo a los agentes que le detuvieron una vez que se quedó dormido y las monitoras escaparon.