José Manuel Pérez Míguez es el único superviviente del accidente que el sábado por la tarde le costó la vida a dos primos carnales de Porto do Son. Los dos fallecidos y este joven de 35 años -marinero y propietario de un bar- habían salido a practicar pesca submarina. Según relata, sobre las ocho de la tarde ya volvían a casa cuando una avería mecánica de la planeadora provocó que ésta hiciese un movimiento repentino e inesperado, que tiró al agua a los tres hombres. Los peor parados fueron los primos Juan Torres Parada y Benigno Torres González, de 26 años, que sufrieron el impacto de la planeadora y de la hélice del motor. José Manuel Pérez Míguez logró sobrevivir, amarrado a los cadáveres: fue rescatado unas siete horas después por un barco de Porto do Son. Visiblemente afectado, narra lo sucedido.

-¿En qué zonas estuvieron pescando?

--Salimos a bucear a las cuatro de la tarde. Marchamos como un sábado de buen tiempo cualquiera. Empezamos en O Castro, pero allí no había nada y nos fuimos a Borrón de Feltro. Allí encontramos el agua muy achocolatada y tiramos para As Basoñas. Benigno cogió un pinto de tres kilos y medio y Juan otro de dos kilos y medio. También pescamos maragotas y sargos, y sobre las siete y media arrancamos de vuelta a casa.

-¿Salían muy a menudo a practicar pesca deportiva?

-Con Juan. Si iba él, iba yo. Últimamente estábamos yendo bastante. Disfrutábamos buceando, nos relajaba.

-¿Cómo ocurrió este accidente?

-Fue sobre las ocho y aún había bastante luz. Veníamos hacia aquí y lo que yo recuerdo es el golpe. Yo venía sentado en la bancada y de pronto salí por el aire. Al primero que vi en el agua fue a Benigno. Fue él quien me dijo que se había roto la dirección de la planeadora y así como me contestó ya le pasó la embarcación por encima. Después vi a Juan, que ya estaba muerto, y conseguí agarrar a Benigno, pero también estaba destrozado. Los dos sangraban muchísimo, a borbotones. Los amarré a los dos, y yo me trinqué a ellos. De cuando en vez me bajaba y giraba los cuerpos para que las corrientes nos fuesen metiendo hacia el cabo de Corrubedo.

-¿Pensó en algún momento en intentar alcanzar la costa a nado?

-Ni me lo planteé, al no tener las aletas… La planeadora marchó hacia fuera. As Basoñas me quedaban cerca, pero sin las aletas y con ellos no podía llegar. Intenté acercarme a tierra con ellos, pero avanzábamos muy poco.

-Pero usted no dejó en ningún momento de ver la costa.

-Yo veía gente pescando en As Furnas, pero había bastante distancia y a mí no me veían.

-¿Tuvo síntomas de hipotermia?

-Tenía frío, pero acababa de hacer el curso del segundo nivel de salvamento y supervivencia marítima y sabía cómo actuar.

-¿Cuál fue el primer medio de rescate que vio?

-El helicóptero. Pasó muy cerca de nosotros y me levanté a hacer señales, pero íbamos de negro y no nos vieron. Quien nos encontró finalmente fue el Playa de Seiras. Pasó por nuestro lado y fue cuando empecé a gritar y gritar.

-¿Pudieron influir algo las condiciones meteorológicas y el estado del mar en el accidente o en su desenlace?

-Estaba un buen día para bucear. Aquí dentro (en referencia a la ría de Muros-Noia) el agua estaba un poco oscura, pero en O Castro estaba perfecta y en As Basoñas también, estupenda. El estado del mar no influyó para nada.

-Y los tres tenían sobrada experiencia en el mundo del mar.

-Yo ando al mar, al pulpo, y Juan también. Tanto él como Benigno eran profesionales en el buceo y unos excelentes deportistas. De no haber sido porque los golpeó la planeadora hubiésemos llegado los tres a tierra.

-En cualquier caso, hay que recordar a los aficionados que antes de salir al mar conviene formarse adecuadamente

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-Sí, y andar con mucho cuidado. En un accidente como éste, si el que sobrevive se fuese de allí habría muerto, porque solo no sería capaz de llegar a tierra.

-¿Por eso dice que ni se planteó salir a nado?

-Cuando me agarré a ellos me pregunté: ¿y ahora que hago aquí?. Y pensé: salimos los tres al mar y volveremos los tres, vivos o muertos, pero volveremos los tres.

-Le ha hecho un gran favor a la familia de los dos jóvenes. Dentro de la tragedia, han podido enterrarles.

-Todo el mundo me agradeció que los trajese para tierra, pero las gracias se las doy yo a ellos porque fueron ellos los que me dejaron vivir.

-¿Va a embarcarse de nuevo después de esto?

-Yo vivo del mar. El patrón del barco de momento no me va a llevar, pero sí que seguiré trabajando en el mar, no me queda otra.

-¿Y practicará más buceo?

-Volveré a poner el traje de neopreno. No sé cuando, pero volveré a ponérmelo por Juan y Benigno.

-¿Le tiene miedo al mar?

-Le tengo respeto, mucho respeto, y ahora más.

-¿Le gustaría que sus hijos sigan en el mundo de la pesca o intentará evitarlo?

-Mi padre nunca quiso que me dedicase al mar. Y la primera vez que aparecí en Algeciras en un palangrero casi me da unas bofetadas… Yo evitaría que mis hijos fuesen al mar, aunque tengan que coger un legón.

La lancha en la que salieron a pescar los tres hombres todavía no ha aparecido. La hipótesis de algunos de los servicios que han trabajado en el operativo es que pueda estar hundida, pues según el relato de José Manuel Pérez salió a la deriva describiendo “eses”, y sería factible que en algún momento le entrase una vía de agua.

Entre tanto, una hermana de Benigno Torres agradece en nombre de su familia y de la de Juan Torres el apoyo recibido en el funeral del lunes por todos los vecinos y autoridades políticas, como los alcaldes de la comarca o el propio conselleiro de Presidencia. Asimismo, explicó que “no tenemos novedades de la investigación. Aún estamos asimilando la noticia”. Amigos y parientes acudieron ayer a la casa familiar a ofrecer su consuelo.