Caxinas está de luto. Hay comercios cerrados y sus vecinos acompañan en los momentos más trágicos a las familias de los cinco pescadores que fallecieron en el brutal choque del monovolumen en el que viajaban contra un camión de gran tonelaje que estaba parado en la carretera nacional 13, a la altura de la feligresía de San Pedro da Torre del municipio de Valença do Minho. Regresaban a sus casas, en el barrio de pescadores de esta feligresía de Vila do Conde, tras descargar el pescado de una marea de quince días en Azores en el puerto de Vigo. En el vehículo viajaba la tripulación al completo junto al patrón que lo conducía y la esposa de éste. Velones encendidos marcaban ayer el lugar del siniestro en San Pedro da Torre donde cinco de ellos perdieron la vida y otros cuatro resultaron heridos.

El funeral será mañana viernes, a las 16 horas españolas. Hoy llegarán a la iglesia de Noso Senhor dos Navegantes de Caxinas los féretros de José Manuel Pereira dos Santos, Albertino José Maio Pinto, Manuel Marafona Da Silva, Manuel Agonía Pinheiro y José Manuel Pereira Gavina, éstos dos últimos tío y sobrino.

A su vez, Pereira Gavina es hermano del patrón José Domingos Moreira, que es uno de los supervivientes heridos y que sobre las cinco de la tarde de ayer, ya dado de alta, se acercó hasta la casa de su hermano antes de entrar en la suya, pasando casi desapercibido. "No tenemos fuerzas ni para estar con los nuestros", decía una familiar que le acompañaba.

El presidente de la Cámara Municipal de Vila do Conde, Mario Almeida, informó ayer que "se han realizado las autopsias y mañana (por hoy) los cuerpos llegarán a casa". Después del funeral del viernes, se enterrarán en el cementerio de Caxinas.

En cuanto al estado de los heridos que permanecen ingresados, informó que "están recuperándose". Se trata de Natalia Moreira, mujer del patrón del barco, que permanece en el hospital Pedro Hispano, en Matosinhos; Claudio Cruz, ingresado en el hospital de Póvoa de Varzim. El que mantiene un estado de mayor gravedad es José Filipe Cruz, de 50 años, que sigue en cuidados intensivos en el hospital de San Marcos de Braga, donde fue operado.

Mario Almeida agilizó al máximo los trámites para trasladar cuanto antes a los fallecidos "todos ellos son personas jóvenes, desde los 25 a los 40 años, varios con hijos pequeños. Viven unos muy cerca de los otros, frente a la playa de Caxinas. Allí tienen una casa de pescadores que levantó la Cámara, en homenaje a los bacaladeros de los años 50 y 60", explicó.

Esta localidad, junto al mar, tiene el sello que dejan los naufragios y las ausencias que nunca más se olvidan. "Esta tragedia es una más que nos roba la vida de nuestros hombres", decía una anciana, María Adelaida do Vareiro, que esperaba la llegada de sus seis hijos, también del mismo oficio.

Juan Maravalles Novo, pescador jubilado que trabajó enrolado con la tripulación del "Bahía de Guipúzcoa", recordaba sus 29 años de oficio "me jugué la piel". "Estábamos siete meses en el mar y solo íbamos a tierra para recoger provisiones", dice. Está agradecido a España por el trabajo y el retiro. Es evidente, pues en la fachada de su casa figuran unidas en mosaicos las banderas de España y Portugal.

Recuerda otras tragedias parecidas que llevaron luto a Caxinas, como los seis pescadores de una misma familia que hace seis años se ahogaron en Aveiro. En esa misma costa cayeron al mar para siempre cuatro de un barco en el que sólo hubo un superviviente. Hace 10 días falleció un pescador en Holanda que estaba enrolado en un barco español. El pasado mes de junio perdieron la vida dos hermanos a media milla de esta playa.

"Hace doce años murió mi hijo en Chile, ahogado. Estaba enrolado en un barco español", cuenta otra mujer sobre el joven Sebastián Cointran Maravalles, al que sigue llorando.