Un piso de estudiantes en Santiago de Compostela sirvió de base para lanzar el mayor ataque mundial de ciberdelincuencia descubierto hasta la fecha por las fuerzas de seguridad, que permitió a una misma red controlar 13 millones de ordenadores y robar datos financieros y personales de 800.000 usuarios de 190 países, 200.000 de ellos en España. Los tres integrantes de la red, codirigida por un gallego y un vizcaíno, serán imputados previsiblemente por un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos en concurso con otro de estafa en unas diligencias que lleva el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón

El joven gallego detenido en Santiago, J.B.R., que usaba el nombre de OsTiaTor como alias en la red, es un estudiante de informática de 25 años de edad. En su piso de estudiante recibió como invitado al otro cabecilla del grupo, el vecino de Balmaseda (Vizcaya) F.C.R., de 31 años y que tenía los nicks netkairo y hamlet1917. Desde la vivienda de Santiago ambos trabajaron juntos y realizaron diversas operaciones a través de sus ordenadores extendiendo el virus que les permitió hacerse con el control de millones de ordenadores "zombis" en todo el mundo que seguían sus instrucciones sin que sus propietarios fueran conscientes de ello.

Cuando las fuerzas de seguridad llegaron a su piso para realizar el registro, OsTiaTor tenía encendido el ordenador y se abalanzó sobre él para intentar apagarlo y que se perdiera información, pero los agentes de delitos Telemáticos de la Guardia Civil lo evitaron. Sin embargo, el joven guardó la sangre fría y en un momento de descuido, se dirigió a los plomos de la luz de la vivienda y cortó el suministro eléctrico. "Cuando las fuerzas de seguridad llegaron a su casa se mantuvo tranquilo, sabía lo que hacía y a lo que iban. No se derrumbó en ningún momento, ni al saber que la causa está en la Audiencia Nacional", explican fuentes próximas al caso.

"Hackers" vanidosos

El joven gallego y los otros dos integrantes de la red "no tienen mentalidad delictiva. Juegan a ser "hackers", no son conscientes de que estén cometiendo un delito. Tratan de expandir un haz a cuantas más zonas mejor y obtener el mayor número de datos. La vanidad es inherente al "hacker" y también ellos no eran ajenos a presumir de lo que hacían,", explican el comandante Juan Salom, responsable de la unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.

Pese a ello, entre los afectados por la red de ciberdelincuentes desactivada en la Operación Botnet Mariposa figuran numerosas entidades gubernativas españolas y de distintos países del mundo, así los cuarenta bancos más importantes a nivel internacional. Los ordenadores "zombis", controlados a distancia sin que su usuario lo sepa, son utilizados habitualmente por las redes del ciberdelito para realizar transacciones ilegales, robar datos bancarios o, lo que es peor, como arietes en un ataque coordinado contra una red gubernamental o una entidad financiera. Los tres detenidos en la Operación Mariposa habían alquilado algunos de los datos obtenidos a bandas delictivas y ahora la investigación prosigue para evaluar el alcance de esta estafa.