Una ardua y callada investigación, arropada por la tenacidad sin tregua de una familia para conocer la verdad, que da sus frutos diez años después. Cuatro personas se sentarán en el banquillo de los acusados en los juzgados de la localidad lusa de Valença acusados del secuestro y la desaparición del empresario ourensano Guillermo Collarte, de 72 años y con importantes negocios inmobiliarios en el área de Vigo y Portugal, cuya pista se perdió el 5 de octubre de 1999 mientras visitaba unas obras con sus socios en el municipio portugués.

La Procuradoria (Fiscalía) de Valença ha decidido procesar a las tres últimas personas que vieron a Collarte con vida y con los que en régimen de sociedad participaba en varias promociones inmobiliarias en Portugal, todos ellos amigos desde largo tiempo atrás. Se trata del ciudadano portugués y ex concejal de Valença do Minho José L.R., y de los constructores pontevedreses José Gerardo T.A., natural de Vilagarcía con negocios en Pontevedra; y Luis S.L., vecino de Ponteareas y con negocios en el área metropolitana de Vigo. Con ellos compartirá el banquillo de los acusados Víctor Manuel D.P.B., un atracador de bancos en prisión, y a quien habrían encargado el rapto del empresario gallego para obtener una recompensa económica, según la Fiscalía.

El juicio se celebrará con jurado popular. El próximo 20 de noviembre tendrá lugar en Valença una vista para estudiar el recurso de Víctor Manuel D.P.S., considerado autor material del secuestro y el único que recurrió el auto de procesamiento

Guillermo Collarte, según el relato de la fiscal, nunca salía solo desde que un año antes sufrió un secuestro exprés; además su salud era muy delicada, algo que sabían los tres socios procesados. Así, el 5 de octubre de 1999 (día festivo en Portugal) se desplazó a una reunión en Valença acompañado por el constructor pontevedrés José G.A., amigo de su familia. Allí le esperaban el edil portugués José L.R., Luis S.L. y otro empresario luso que había acudido a cobrar un talón.

"Sólo ellos tenían conocimiento de dicha reunión", advierte el Ministerio Público. La fiscal establece que se dirigieron al Edificio del Mercado, una construcción en curso a cargo de la sociedad Fronteira SA, de la que entre otros formaban parte los tres empresarios acusados del secuestro.

Después, una vez en las oficinas de la empresa (al lado de una de las obras) y "mediante un plan previamente concebido entre todos los acusados, sobre las 12.00 horas, José L.R. insistió en que Collarte le acompañara hasta un terreno, designado como antiguo Hotel Vaneciano, próximo a la estación, donde se proyectaba la construcción de un nuevo inmueble, quedándose los dos socios españoles en las oficinas de la firma", señala la fiscal.

La excusa, a tenor del escrito de acusación de la fiscal, fue que "existía un litigio entre los constructores y el propietario de una franja de terreno contiguo". Precisamente, la Policía portuguesa ha podido determinar que no era cierto y no existía ningún problema de lindes como aseguraron los imputados, lo que resultó clave para dar un vuelco a la investigación y esclarecer el caso.

"Gerardo T.A., que tenía perfecto conocimiento de que Guillermo Collarte no podía moverse sólo, no le acompañó aún sabiendo que había sido entregado a su cuidado", relata el Ministerio Público, que añade que una vez en el solar, el concejal portugués dejó solo a Collarte "tal como habían acordado entre todos los acusados, con el pretexto de ir a buscar unos documentos". Entonces fue cuando, según la Procuraduría, "con la víctima sola, ya que no había nadie en la obra por ser día festivo, apareció Víctor Manuel D.P.B., amigo de José L.R., que introdujo a Guillermo Collarte en un vehículo y se lo llevó a un lugar incierto, desconociéndose su paradero a día de hoy".

La tenacidad de la familia Collarte ha sido fundamental. Su hija Berta lo tuvo claro y en cada aniversario de la desaparición repetía públicamente: "Estéis donde estéis, en España o Portugal, seréis descubiertos, detenidos y conoceréis el peso de la Ley. Ni mi familia, ni yo, ni nuestros amigos, ni las autoridades judiciales y policiales se darán por vencidas. No nos vamos a rendir, se hará Justicia".