Nuevos detalles sobre el doble crimen de Culleredo. El supuesto homicida, José Ramón Blanco Vila, disparó a Ramón Luces y a Javier Toledo en su casa de Aranga. Su mujer, su hijo de 4 años y un amigo estaban en la vivienda. El testigo, que distribuía el cannabis que le proporcionaba el presunto asesino, se puso nervioso. Blanco y su mujer, también. El supuesto homicida decidió entonces arrancar su coche e irse de casa durante un rato con los testigos y aprovechó el viaje para dejar al joven que le distribuía la droga en su casa. Mientras, los cadáveres yacían en el suelo de la cocina y el salón donde cometió el crimen.

A la vuelta, el detenido, un fontanero de 26 años, descuartizó los cadáveres y los metió en el congelador. Días después, los trasladó desde Aranga hasta la casa deshabitada que tenía su padre en Fonteculler (Culleredo) e introdujo los cuerpos en una fosa séptica. La Guardia Civil halló los cadáveres la madrugada del viernes pasado tras arrestar a Blanco Vila, a su mujer y a otras 7 personas. El acusado del homicidio está, según los agentes, relacionado con una banda que atracaba en chalés y comercios de A Coruña y comarca.

El motivo del crimen fue, según fuentes cercanas a la investigación, una deuda por drogas inferior a 1.000 euros. Algunos de los detenidos están implicados en el asesinato y otros están acusados de traficar con droga o de asaltar chalés. Hay sospechosos conectados con el crimen, la droga y los asaltos.

Sospechas

La Guardia Civil sospechaba que el presunto testigo del asesinato conocía el paradero de los desaparecidos en Muros y lo interrogó meses antes del jueves de la semana pasada, cuando fue detenido. Al principio el joven, que traficaba con droga, negó saber nada, pero hace cuatro días, consciente de que alguno de los arrestados había delatado a Vila, a su mujer y a otra pareja, relató los hechos. La detenida que primero contó a los agentes su versión del asesinato es la pareja del hombre al que Blanco Vila le confesó el homicidio. Los tres formaban el núcleo duro de la banda de asaltantes, junto a otro hombre que, en principio, no tiene relación con el crimen.