“La estación de autobuses de Vigo es un nido de lobos que están al acecho de jóvenes solos y desvalidos”. Esta frase proferida ayer por el abogado de un adolescente en un juicio contra un presunto exhibicionista de 67 años pone de manifiesto el peligro al que se exponen muchas veces usuarios y trabajadores de la terminal. Y es que éste no ha sido precisamente el único caso. Todo lo contrario: fuentes policiales confirmaron ayer que la presencia de hombres adultos en los baños de la estación que se exhiben y proponen prácticas sexuales a jóvenes varones “es frecuente”.

Los que lo sufren de cerca se muestran resignados. Son los trabajadores de los establecimientos de esta estación, quienes no se sorprenden de que en sólo 15 días se hayan celebrado dos juicios en Vigo relacionados con exhibicionismo en los servicios de la terminal. Uno, el de ayer, y el anterior, una vista en la que un octogenario fue condenado a 3.240 euros de multa por hacer actos obscenos ante menores. “Siempre son las mismas personas. Se pasan aquí todo el día apoyados en las barandillas para mirar por los espejos quien va al baño. Si le interesa, entran para ofrecerle dinero a cambio de relaciones con ellos, tanto a menores como a adultos”, revela un empleado con ocho años de antigüedad en la estación.

Éste y otros trabajadores cifran en una decena la cantidad de “chaperos” que deambulan a diario por la terminal en busca de sexo. “Están aquí todos los días y todos ellos son mayores de 50 años. A mi sobrino una vez le ‘entró’ uno, pero no llegó a hacerle nada”, confiesa otra comerciante. “Una vez, un niño de 12 o 13 años salió llorando del baño porque un hombre le había propuesto que le hiciera una felación. Esto es una vergüenza, es un peligro entrar al baño”, expresan los empleados.

Sin vigilancia

Los comerciantes de la estación aseguran que estos hechos se vienen sucediendo desde hace años y que “nadie pone cartas en el asunto”. Reclamaron vigilancia para las instalaciones, pero aún están a la espera de una respuesta. Según comentan, sólo hay un empleado de la limpieza que abre y cierra la estación y la vigila durante la noche.

Fuentes judiciales dicen que los juicios por exhibicionismo en esta terminal o en otras zonas de Vigo no son excepcionales. Explican que no existe un perfil concreto, pero que suelen actuar cerca de colegios y plazas, aparte de en las terminales. El año pasado las autoridades detuvieron a un ourensano de 55 años por masturbarse ante menores en A Florida, a un angoleño de 35 por tocarse los genitales en una plaza de Rosalía de Castro delante de unas niñas, y a otro adulto también por masturbarse en Samil ante un campo de fútbol.

En la estación de autobuses de Vigo, la Policía se encuentra con inconvenientes para realizar un control de estos actos, ya que “existen contactos gays y chaperos consentidos”. Por tanto, actúan por requerimiento, cuando existe denuncia. Recientemente llegó a haber un dispositivo con agentes de paisano debido a que hubo varios casos muy seguidos.