Tras el nerviosismo de los primeros momentos todo quedó en una preocupación felizmente pasajera. La familia de Cándido Muiños, el capitán combarrés de 52 años que fue rescatado de un naufragio en el Pacífico, celebra que "sólo fue un susto" e indica que la próxima semana regresará a casa. También lo harán los otros dos gallegos de la tripulación del palangrero Aquiles, formada por 16 integrantes que salieron ilesos del suceso. "Habló con mi madre varias veces y no le pasó nada. Al principio parecía un poco nervioso, pero en la última llamada ya estaba más tranquilo y calmado", relata el hijo mayor del marinero, también llamado Cándido.

Confirma que tanto su padre como el resto de los que trabajaban a bordo de este barco dedicado a la pesca del pez espada fueron rescatados sin ningún daño físico de consideración: "Ninguno está herido". El suceso adelanta el regreso a casa de los tres marineros. La embarcación se hundió por completo y Muiños, sus compañeros de Ribeira y otros 13 tripulantes de nacionalidad peruana ven concluida así esta campaña, puesto que en sus planes figuraba otra marea más después del 17.

Hacia puerto

Todos ellos se dirigen a bordo del Tusa Pesca, el barco vigués que les rescató, hacia el puerto de El Callao. Ayer, según apuntaba el capitán, Adolfo González, quedaban hasta este enclave de Perú "cuatro días de navegación". Además, hizo hincapié en "la dedicación de Salvamento de Chile". El servicio se dirigió con un avión hasta el lugar del incidente, a 900 millas de las costa, y verificó el total hundimiento del Aquiles.

Este barco, con armador gallego pero bandera panameña, empezó su deriva antes de las cinco de la mañana, hora española, de la madrugada entre el jueves y el viernes. Los marineros fueron rescatados en plena noche cuando ya se encontraban en dos balsas salvavidas. Debido a la rapidez con la que se empezó a hundir, la tripulación tuvo que abandonar este pesquero sin poder recoger la documentación.

Ahora, mientras la familia aguarda en Poio por la llegada de Cándido Muiños, marcada para la próxima semana pero pendiente de algunos trámites, su primogénito recuerda otro suceso similar que fue si cabe más angustioso. "Hace seis años tuvimos un susto mucho mayor porque entonces, en un barco en el que estaba como segundo del capitán, un golpe de mar llevó el puente de mandos y a punto estuvo de llevarlo a él si no fuese porque se quedó enganchado", relata. Además agrega: "La inquietud fue de casi 48 horas, nadie sabía nada de ellos, únicamente por la radio baliza, que estaba activada".