En medio de una gran expectación mediática, ha comenzado hoy en la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona el juicio por el "caso Alba", un episodio de maltrato infantil que dio la voz de alarma sobre la descoordinación de las administraciones en la protección de los menores y comportó la firma de un protocolo de actuación entre las instituciones implicadas para casos similares.

Por la brutal paliza propinada a Alba, actualmente incapacitada a consecuencia de ese maltrato, su madre, Ana María C., y su compañero sentimental, Francisco Javier P., afrontan una pena de 19 años de prisión solicitada por la Fiscalía por intento de asesinato, violencia doméstica habitual y delito contra la integridad moral.

La madre de la pequeña se ha negado a contestar a las preguntas del fiscal, la acusación particular ejercida por la Generalitat -que pide 26 años de cárcel para los procesados- y la defensa de su pareja.

En respuestas sólo a su defensa, Ana María C., que ha declarado con frases lacónicas y aire ausente, ha explicado, como hiciera en sus anteriores declaraciones en fase de instrucción, que la noche del 4 de marzo de 2006, cuando ocurrió la brutal paliza, Alba quedó en coma tras quedarse a solas en casa con su compañero.

La madre de Alba ha asegurado que nunca vio que su hija tuviera moratones y que sólo en dos o tres ocasiones se percató de que cuando la niña se quedaba a solas con Francisco Javier P., ésta la llamaba, pero no le dio importancia, por lo que cuando el acusado se quedó a cargo de la menor no pensó que la niña pudiera correr peligro.

Completamente opuesta es la versión que ha ofrecido Francisco Javier P., que ha asegurado que Alba estaba en su habitación jugando con Maite -hija del procesado y su anterior pareja- cuando Ana María C. y él oyeron un fuerte golpe, por lo que acudieron al cuarto y encontraron a la niña tendida en el suelo.

Francisco Javier P. ha negado haber puesto la mano encima a la niña y ha apuntado que en tres o cuatro ocasiones observó en la pequeña moratones, pero que cuando él preguntaba a Ana María cómo se los había hecho ésta le contestaba que en el colegio.