Con una mejilla amoratada y un derrame ocular compareció ayer en A Coruña la diseñadora Kina Fernández tras el asalto sufrido en su vivienda en la localidad coruñesa de Oleiros el miércoles. Cuatro encapuchados accedieron a su domicilio, amordazaron al servicio y esperaron a la modista y a su marido. Tras golpearla, los asaltantes se levaron unos 4.000 euros de la caja fuerte.

El delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras avanzó al respecto que las investigaciones policiales consideran ahora la posibilidad de que la banda que perpetra los atracos cuenta con el apoyo de los vecinos próximos a los lugares que eligen. "No hay que engañarse -deslizó el subdelegado del Gobierno-, están apoyados por gente de la zona; por gente que tiene datos porque evidentemente se están moviendo con una táctica que quiere decir que no despiertan sospechas". Ameijeiras precisó que los autores de los asaltos son una banda organizada procedente del Este de Europa.

Sin la precisión de las fuerzas de seguridad y el delegado del Gobierno, se mostró ayer la última víctima del grupo organizado, en este caso la diseñadora Kina Fernández, a quien acompañaba su marido. La modista confirmó que los encapuchados que irrumpieron en su chalé de Perillo y la inmovilizaron junto a su marido y los integrantes del servicio doméstico eran "eran extranjeros".

Menos de acuerdo se mostró con las consideraciones de Ameijeiras respecto a la forma de proceder de los delincuentes, y en especial del uso de la violencia para conseguir sus objetivos.

La tesis formulada del delgado del Gobierno conforme a que los delincuentes no son "excesivamente violentos", encuentra su desmentido en el ojo izquierdo de la diseñadora, que ayer por la mañana reflejaba las secuelas de lo ocurrido en su domicilio durante el asalto de los atracadores.

"¿Qué si me amenazaron? No estaban contentos, creían que iba a haber más cosas", respondió Fernández sobre el comportamiento de los asaltantes que se introdujeron en su vivienda. Cuando los tres individuos, según lo manifestado por la propia víctima, abandonaron la vivienda de Perillo lo hacían portando un botín exclusivo de dinero en metálico, que obtuvieron de la caja fuerte de la familia y del esposo de la diseñadora, José Álvarez. En total, los asaltantes se llevaron una cifra cercana a los 4.000 euros; "nada", según lo señalado por la propia Kina Fernández. "Lo que querían era dinero", añadió.

Entremedias de su huida con el efectivo y la llegada al chalé alrededor de las siete de la tarde del miércoles transcurrió la espera de los asaltantes en compañía de los trabajadores del servicio doméstico, quienes permanecieron algo más de dos horas en el chalé hasta la llegada de Fernández y su marido para obligarles a que les facilitaran la clave de la caja fuerte.

La diseñadora y su pareja, a las 21.20 -según los detalles ofrecidos por la vítima-, fueron abordados por los asaltantes y los amenazaron con "una maza, un cuchillo y una pata de cabra".

"El que me cogió a mí era muy agresivo", afirmó una vez más Kina Fernández para contradecir al subdelegado del Gobierno. Ante el desconocimiento de Fernández del código numérico del armario blindado -"Todavía hoy no lo sé", confesó-, los asaltantes la golpearon a la altura del ojo izquierdo y la mejilla. El hematoma y el derrame ocular que se adivinaban ayer en el rostro de la diseñadora prueban el "tortazo" que le propinó uno de los asaltantes.

"¿Qué si nos sentíamos vigilados? No sé si nos seguían los movimientos", contestó Fernández sobre la posibilidad de que el grupo que actúa en Oleiros hubiera hecho un seguimiento a la vivienda familiar. No era la primera vez, supuestamente, que los presuntos autores del asalto al chalé de la modista actuaban en el lugar. En otra ocasión, la banda organizada se introdujo en el domicilio que hay justo enfrente de la vivienda de tres plantas de Kina Fernández. "La han cogido con la zona", lamentó, al mismo tiempo que apuntó que la vecina asaltada a escasos metros de su chalé acudió hasta su propiedad para pedir auxilio cuando sufrió la misma experiencia unas semanas antes.

El delegado del Gobierno indicó que la oleada de asaltos en Oleiros ha afectado a cinco viviendas en tres meses.