En declaraciones a los medios, la compañera de trabajo de Gaby, como era conocida en su entorno, reconoció que su amiga "vivía con temor y asustada" y que tenía "muchas denuncias" contra sus presunto agresor. "Estaba todo el día molestándole por la calle, le escribía letreros, le decía que le iba a matar a ella, a su madre y a su hijo", añadió.

Para Helmert, un vecino del número 2 de la calle Acacias -donde residía la mujer y donde falleció- que fue testigo de la trágica escena relató que al parecer la chica llegó del trabajo y él la estaba esperando. "Todo estaba anunciado", declaró.

Al escuchar los gritos Helmert se asomó al rellano y se encontró a Gaby "tirada en el suelo en un charco de sangre", mientras su madre trataba de socorrerla, ya que fue en la misma puerta de su vivienda donde, la agredida recibió las siete puñaladas mortales.