La Audiencia Nacional ha condenado a penas que suman 28 años de cárcel y multas por importe de 32 millones de euros a los ocho integrantes de la red de hachís liderada por el cambadés Ramón Baúlo, que fue desarticulada en el peaje de la autopista AP-9 en Vilaboa en la Nochebuena de 2005 cuando circulaban en tres vehículos, dos de ellos como protección, con un cargamento de 470 kilos de hachís procedente de Marruecos. La sala que preside el magistrado Gómez Bermúdez descarta la agravante de grupo organizado solicitada por el fiscal y considera que se trata de meros delincuentes habituales y no de un grupo criminal jerarquizado.

El fallo condena a los ocho imputados detenidos en la Operación Murias como autores de un delito contra la salud pública por importación de cantidad de notoria importancia de sustancia que no causa grave daño a la salud (hachís).

Ramón Baúlo Carballo y José Carlos González Campos reciben las penas más elevadas, 4 años y tres meses de prisión y multa de 6 millones de euros cada uno. Ambos están considerados responsables del alijo. Baúlo, "porque es quien negocia en Marruecos la compra" de la droga, y el moañés González Campos "por hacer de enlace en destino y poner a disposición del resto del grupo el vehículo de alquiler en el que se transportaba".

El tribunal impone 3 años y 9 meses de prisión con multa de 4 millones de euros para los vigueses Miguel Ángel T. P. y Pedro P. P., con la concurrencia de agravante de reincidencia, pues ambos habían sido condenados por un tribunal de Granad en otra operación de tráfico de drogas.

El cambadés José Benito Otero Cores, el madrileño Antonio D.D., y los brasileños Everson Batista F., y Fernando Evangelista T. reciben tres años y un día de prisión y multa de 3 millones de euros cada uno. En caso de impago, la multa se suplirá con varios meses de arresto.

Todos ellos se desplazaron a Marbella para recoger la droga adquirida en Marruecos por Ramón Baúlo y regresaron el 24 de diciembre de 2005 a Galicia. Se distribuyeron en tres vehículos para dar protección al coche alquilado en Vigo en el que transportaban la droga cuando fueron detenidos por efectivos de la Udyco de la Policía Nacional.

Frente las tesis de la Fiscalía Antidroga, la sala no considera que constituyan un grupo organizado sino que estima que son delincuentes habituales. La Policía atribuía a la red contactos en Marruecos y Colombia, y los vinculaba con el transporte marítimo de 1.975 kilos de cocaína hallados en el río Miño en junio de aquel mismo año que fueron recuperados por la policía lusa. También se les relacionaba con otro transporte frustrado por el accidente de una planeadora en Lisboa y con otro de hachís.

El cambadés Ramón Baúlo no es un desconocido en el mundo del narcotráfico. La herencia le viene de familia, ya que es hijo de Manuel Baúlo, el arrepentido que denunció a los Charlines y que pagó con su vida en 1994 las confesiones realizadas al juez Baltasar Garzón, pues fue asesinado en su casa por sicarios colombianos. Un episodio en el que su mujer, alcanzada por los disparos, quedó parapléjica.

Algunos de los hermanos de Ramón Baúlo han sido condenados por narcotráfico, y él se encontraba entre los tripulantes del buque Rand, apresado en la operación Don José cuando transportaba una tonelada de cocaína. La condena fue de 10 años. En 1999 protagonizó un tiroteo con su cuñado Manuel Diz en una disputa familiar.