La situación de desamparo en la que se encuentran los menores y también los hijos mayores de edad tras la terrible pérdida de sus madres fue relatada este lunes en el Senado por uno de ellos, el hijo de María José Mateo, quien a sus 26 años se ha encontrado al cargo de su hermano de 10 años y con las responsabilidades que implica el sacar adelante a una familia rota por la tragedia hace poco más de un año.

"Me siento abandonado. Mi hermano de 10 años está abandonado", así de desgarrador fue el testimonio de Joshua Alonso, el primogénito de la mujer asesinada por su expareja en Redondela hace un año. "El asesino de mi madre usó bombonas de gas butano y gasolina para matarla; para destrozar, quemar y volar por los aires nuestro hogar", describió el joven durante su testimonio en el Senado en el marco de la "II Jornada Huérfan@s de la violencia de género" que busca sensibilizar a las instituciones y conseguir mayores apoyos para los hijos de las víctimas de los crímenes machistas, que se sienten "invisibles" y "abandonados a su suerte".La expareja de María José Mateo "Sesé" provocó una explosión de gas que acabó con ambas vidas. Emilio F.C., de 47 años, la esperaba en el pasillo de su casa con dos bombonas de butano con las gomas cortadas y un bidón agujereado de gasolina.

Ese día se truncó la vida de toda una familia. "Con 25 años me tocó ocuparme de mi hermano pequeño, un trabajo de 24 horas 7 días a la semana", relató Joshua sobre la tutela del menor, hijo "Sesé" y de Emilio.

Durante su comparecencia, el joven lamentó que "nadie se ocupa de arreglar los problemas" de los huérfanos de violencia de género y calificó de "laberinto de puertas" todas las trabas legales y personales con las que se encontró tras la tragedia.

"Nuestra familia ha sufrido el peor de los golpes", lamentó con dolor. A Joshua se le quebró la voz en varias ocasiones al recordar la tragedia que le arrebató a su madre, de 50 años, y al relatar las dificultades que afronta en su día a día ya que a su calvario personal se une el burocrático tras aquel fatídico 20 de febrero de 2017. "He tenido que llamar a un laberinto de puertas para solucionar diversos trámites: el seguro de una casa a nombre de un asesino, que no se hace cargo porque fue suicidio; el impuesto de sucesiones; la declaración de herederos; no teníamos testamento; la cancelación de deudas; la tutela de mi hermano; ocuparme de una casa..."

Al joven se le quebró la voz al resumir: "Mil y un trámites con el desembolso económico que conllevan... ¡que tengo 26 años!".

Su testimonio sale a luz semanas después de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Redondela acordase el sobreseimiento y archivo del caso al haber fallecido el "presunto autor de los hechos".

Otro testimonio

Tras él también intervino en el Senado Luci, una mujer que se ocupó de los dos hijos de su hermana asesinada hace cinco años. Ella también enumeró todos los problemas con los que se encontró, desde el trámite de la guardia y custodia de sus sobrinos a la cancelación de los seguros y de la hipoteca de su hermana. "Empezó una lucha psicológica fatal, pero también una económica. Mi hermana tenía una casa y un coche que hay que seguir pagando hasta que se sufraguen todos los seguros, para loque pueden pasar seis u ocho meses. Mientras, la familia tiene que pagarlo todo", manifestó.