La escritura "clara, rotunda y comprometida" y el "enorme coraje" con el que ha dado a conocer la difícil realidad de Iberoamérica llevaron ayer a la periodista y escritora mexicana Alma Estela Guillermoprieto a ser galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018.

-¿Qué supone para usted recibir este premio?

-Es una emoción muy grande e inesperada. Pero también pienso que es una gran responsabilidad, ante la que espero estar a la altura.

-Se inició usted como bailarina.

-Empecé en la danza, sí. Pero tengo ya muchos años, y esto fue hace muchos, muchos años. He tenido una vida maravillosa, la verdad.

-¿Cómo llegó al periodismo?

-Ni yo misma lo sé, la vida es un largo accidente y así, de combo en combo, acabé siendo reportera. No sabría decir cómo, pero pasaron bastantes años entre la danza y que yo pasara a escribir en Centroamérica. Empecé como "stringer" (corresponsal autónoma) en "Latin American Newsletter" y "The Guardian". No me pareció que estaba cogiendo un oficio, sino que aprovechaba una oportunidad de ver el mundo en ese momento. Ahí me fui quedando, y hasta el día de hoy.

-Sus primeros años en el oficio fueron en Centroamérica, a finales de la década de 1970, en unos momentos convulsos.

-Fue un aprendizaje a vapor sobre el oficio, pero también sobre el poder, la maldad humana y el heroísmo de la gente que no tiene nada.

-Han pasado cuarenta años, pero la violencia y la inestabilidad siguen presentes en países como México o Venezuela.

-O como Nicaragua, que está convulsionada otra vez y viviendo la misma historia trágica. Espero que ese no sea su destino. Pero me parece asombroso que esté yo, cuarenta años después, leyendo sobre los mismos horrores.

-¿Qué piensa al ver esta situación?

-Que ante los cambios muy acelerados del mundo, los pueblos se asustan y buscan líderes que les hagan promesas y les ofrezcan soluciones fáciles. Y eso lleva siempre a la derechización extrema o al populismo delirante. Y también resurge el nacionalismo extremo.

-¿Cómo ve la situación de Cuba? ¿Estamos ante un cambio histórico?

-No sé si lo de Cuba es un cambio histórico o una transición sin mayores traumas. Espero con todo mi corazón que se trate de lo segundo.

-En un momento como el actual, con los medios ajustando costes y las pautas de consumo de información de internet, ¿tiene cabida el periodismo de investigación?

-Tiene más lugar que nunca porque es necesario, y frente a una gran necesidad siempre surgen grandes respuestas. El periodismo, concretamente lo reporteado, lo verificado, lo comprobado, lo investigado, hace falta. Y en internet hay también un gran movimiento de reconocer que no basta con lo que sale en Twitter y con un gif. Me alegro de ver también el resurgimiento de textos de largo aliento, y de exploraciones más profundas de la realidad.