"La capacidad con la que muchos diarios publicaron que Camps no podía presentar las facturas de sus trajes como elemento inculpatorio es algo que llama poderosamente la atención. Esa es la famosa prueba diabólica de la Inquisición y es lo que se practica en este caso y en tantos otros". Arcadi Espada compartió en el Club FARO una de las anécdotas que le ocurrieron durante el proceso de escritura de "Un buen tío".

"Como es sabido, no hay en toda la inculpación del señor Camps ningún documento; nada inculpatorio que tenga forma documental. Solamente hay un personaje, completamente extraordinario, que se llama José Tomás y que ejercía de director de ventas en las tiendas Milano. Este hombre fue acusado, pero luego exculpado, de que en las tiendas se hicieran facturas falsas. Quedó probado que en las tiendas se hacían facturas falsas pero él quedó exculpado de haber participado, por lo tanto es completamente inocente de todo esto", expuso Espada.

José Tomás fue uno de los primeros en ser citado a declarar en le juicio de los trajes de Camps y en cuatro ocasiones declaró ante Garzón, la Fiscalía y la Policía que el ex presidente de pagaba sus trajes. Hasta que un buen día cambió su declaración. "Me dije, vamos a ver al sastre, hace 9 años y todas las prescripciones morales han caducado", señaló Espada.

"Yo he venido a verle a usted para que me diga que mintió", le dijo Espada tras una hora de charla y, cuando pensó que había perdido el viaje, Tomás le espetó: "Álvaro Pérez, ¿sabe con quién se lo hacía? Con ella y con él". "Así que el hombre que había sostenido el caso durante tres años era un loco capaz de decir que Álvaro Pérez se acostaba con su mujer y con Camps al mismo tiempo. Ese es el hombre que se cargó la carrera política de Camps", aseveró.