Teresa de Calcuta, pero también Beethoven, Picasso, Edvard Munch o Hemingway son para Javier Urra ejemplo de personas muy inestables. También Van Gogh, Walt Disney o Napoleón se agrupan en esa etiqueta. Mientras Churchill, por ejemplo, es ejemplo de lo contrario: estabilidad. En ese otro frente estarían, según su análisis, Juan Pablo II o Martin Luther King, Alexander Fleming o Platón.

Urra propuso la herramienta que diseña en "La Triple E" porque podría servir de predictor del ajuste personal, de pareja, familiar, relacional, laboral y cívico. Una herramienta psicológica adaptada que permita analizar y entender las emociones positivas. "Para conocerse y convivir con los demás", indicó y, si se quiere, mejorar.

El equilibrio entre la seguridad y la libertad forma parte de la última dicotomía, "es un juego del ser humano", indicó.

Sin examinarse a uno mismo los problemas aumentan hasta desembocar en crisis. Aventurarse a realizar este ejercicio permitirá a los lectores crecer personalmente y empatizar más con los demás, defiende el experto.

En la última parte de su trabajo, Urra propone citas célebres, películas, canciones, poesías, esculturas... y entre las frases que destaca, una de su autoría: "El niño necesita jugar y el adulto dejar que juegue el niño que hay en él". En ese sentido, Urra valora de los niños que "son felices porque viven en el presente". Contrapuso el amargor y desesperanza de las personas que no logran cerrar un problema y acaban traumatizándolo.

Pero también hubo momentos altamente emotivos, como cuando relató las experiencias con su madre, enferma de alzhéimer y a quien visita a menudo en una residencia, a la que lleva un reloj de su padre.