Este jueves, 8 de marzo, no solo se celebra el Día Internacional de la Mujer, también es el Día Mundial del Riñón. Para cuidar de estos órganos conviene controlar el consumo de proteínas, vigilar la sal e hidratarse correctamente, entre otras pautas. Actualmente, 1 de cada 7 españoles sufre de Enfermedad Renal Crónica (ERC), una patología cuya prevalencia ha aumentado en más del 5% en los últimos años.

“Nutrirse en base a la dieta mediterránea se constituye como un factor clave en la defensa de la salud renal. Y es que la diabetes, la hipertensión arterial, la dislipemia y la obesidad de nuevo están detrás del daño renal y una correcta alimentación es clave poder frenarlas y controlarlas”, explica Carlos Fernández, director médico del Grupo NC Salud.

En este sentido, desde el servicio de asesoramiento nutricional en farmacias de Grupo NC Salud, y con motivo de la celebración del Día Mundial del Riñón, el doctor Fernández recuerda las pautas nutricionales a seguir si lo que se pretende es disfrutar de una buena salud renal:

1. Hidratarse adecuadamente todos los días. Es fundamental beber diariamente un mínimo de 2,5 litros de agua, en el caso de los hombres, y 2 litros en el de las mujeres, para que los riñones puedan realizar sus funciones básicas, entre las que se encuentra garantizar el equilibrio del agua corporal.

2. Controlar el consumo de proteínas. Para una persona sin patologías, es muy importante que sólo el 10-15% del total de calorías consumidas a diario procedan de estos macronutrientes. En el caso de padecer ya algún grado de ERC, este porcentaje debe ir disminuyendo progresivamente, y utilizando las que contengan alto valor biológico, como son las procedentes de lácteos, pescados, carnes, huevos y soja.

3. Vigilar la sal. Un consumo continuado de más de cinco gramos diarios incrementa los niveles de sodio e influye negativamente en el control renal de la presión arterial.

4. Combatir la obesidad. El exceso de grasa y peso corporal es la antesala de patologías como la diabetes o la hipertensión arterial, donde órganos como los riñones son diana y ven afectada su funcionalidad cuántos más años se sufren estas enfermedades. El papel de los nutricionistas es básico para controlar estos datos mediante amplios estudios antropométricos e instaurar tratamientos nutricionales adaptados a tu estado renal.

5. Conocer qué complementos alimenticios cuidan el riñón. Aquellos que contienen cola de caballo, diente de león, estigmas de maíz, ortosifón o abedul ayudan a tener una adecuada diuresis, a regular el agua corporal y a mantener limpia la vía urinaria, evitando la acumulación de sedimentos y formación de cálculos. Es imprescindible usarlos siempre bajo la supervisión de un médico, farmacéutico o nutricionista.