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Estudio sobre el clima peninsular con participación gallega

La temperatura media de Galicia ha subido cuatro grados desde el siglo XIX

En el resto de la península, aumentó uno - Investigadores barajan que el incremento evidencie el arranque de un cambio climático debido a la primera revolución industrial

Los científicos Olalla López y Antonio Martínez. // USC

La idea de que los inviernos de antes, incluso unos pocos siglos atrás, eran mucho peor que los actuales tiene su base científica y no solo sedebe a la tradición oral. Lo certifican doce organismos y universidades españolas que han sumado esfuerzos para analizar el clima de la península ibérica -Galicia incluida- en los últimos 700 años. Una de las conclusiones recoge que en la denominada 'pequeña edad de hielo', comprendida entre finales del siglo XIV y la primera mitad del XIX, Galicia (dependiendo de la zona) "probablemente" tenía una temperatura media de entre tres y cinco grados por debajo del promedio actual anual. "Eso es mucho frío", reflexiona Antonio Martínez Cortizas.

Este catedrático mugardés de Edafología y Química Agrícola de la Universidade de Santiago de Compostela -participante en el estudio sobre el clima, junto a la investigadora viguesa Olalla López, y publicado en la revista científica Earth Science Revies- explica que "si la temperatura ahora en Galicia, en la costa, puede andar entre los 16 y 18 grados de media al año, en aquel periodo bajaba tres grados. Si te vas al interior de la comunidad, las medias anuales podrían bajar entre cuatro y cinco grados. Ese descenso térmico tenía unas implicaciones bioclimáticas muy grandes. Había cultivos que no sobrevivían a ese frío. Por eso, la gente tuvo que emplear estrategias para cultivar algo que pudiese comer".

La principal consecuencia fue la incorporación masiva del maíz a la dieta -apunta Olalla López- durante la pequeña edad de hielo. "Es el periodo frío más cercano a nosotros. Durante esa fase, avanzan los glaciares de montaña en toda Europa. En Galicia, es un periodo en elque se explotaban las neveras, unos edificios de planta cilíndrica donde acumulaban nieve y capas de paja para conservar alimentos a lo largo del año. A día de hoy,se conservan algunas en zonas de A Cañiza donde raramente nieva en el presente. Otra nota curiosa es que los ríos europeos se helaban en el invierno, incluido el Támesis", agrega Martínez Cortizas.

Sobre la posible implicación de la primera revolución industrial en el aumento de las temperaturas desde de la pequeña edad de hielo, Martínez Cortizas señaló que "ese es el gran debate de hoy en día. Una parte de ese calentamiento podría estar relacionado con las actividades humanas. La revolución industrial se inicia en base a un aumento de nuestra capacidad para generar energía por combustión de carbón. Esto significa que libera una gran cantidad de carbono a la atmósfera que no es capaz de librarse de ese CO2. El exceso que queda provoca el calentamiemto por el cambio climático inducido por actividades humanas".

No obstante, recomendó ser "cautos" a la hora de discutir los efectos del cambio climático ya que depende de muchas variables. "La interpretación simplista muchas veces no es la más adecuada", señala Martínez reinterpretando las declaraciones en el estudio de Marc Oliva, otro de los autores.

En lo que respecta a la Universidade de Santiago, Antonio Martínez Cortizas llegó a las conclusiones del estudio publicado en Earth Science Reviews analizandolas turberas -restos vegetales- presentes en la comunidad. "La mayor cantidad de superficie de turberas de la península está en Galicia. Muchas cumbres de montañas en la comunidad están cubiertas por turberas con una profundidad de hasta 8 metros de espesor. Lo que hacemos es coger testigos con sondas y cortarla finamente. Las analizamos y obtenemos datos de cómo era el clima, qué vegetación había...", detalla.

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