Los accidentes biológicos sufridos por los enfermeros, como pinchazos o cortes, en sus puestos de trabajo ha aumentado tanto en hospitales como en centros de salud desde 2013, por lo que estos profesionales reclaman mayor seguridad y evaluación de los riesgos a los que están expuestos. En concreto, el 95,8 por ciento de los profesionales que trabajan en un hospital aseguran que se han producido accidentes biológicos, un porcentaje que se reduce al 60,3 por ciento en centros de salud.

Estos datos se han obtenido tras analizar encuestas 'on line' realizadas entre mayo y junio de 2016 a 144 'enfermeras centinelas' que forman parte del Observatorio y que pertenecen a hospitales y centros de salud de toda España. "El riesgo biológico es el aspecto más importante que ocurre en cuanto a infecciones se refiere y, de hecho, la Comisión Europea ha dicho que de los 3,5 millones de profesionales sanitarios que hay, cada año se infectan el 35 por ciento", comentó el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.

Se trata de unos accidentes biológicos que han ido aumentando considerablemente desde el año 2013, momento en el que se aprobó la transposición de la directiva europea que regulaba la bioseguridad. En concreto, mientras que en 2013 se registraron en hospitales 4.619 accidentes, en 2014 fueron 5.159 y en 2015 unos 5.560. Además, en centros sanitarios en 2013 hubo 98; en 2014, 108 y en 2015, 123.

"Ha habido un desarrollo normativo pero por ahora permanece intacto, por lo que los enfermeros españoles siguen exponiéndose a estos riesgos como consecuencia de la falta de seguridad en su trabajo", apostilló el presidente del sindicato de Enfermería (Satse), Manuel Cascos. Y es que, tal y como recuerdan los expertos, el incumplimiento de la normativa puede provocar que el enfermero se infecte con el virus del VIH, hepatitis B o C.

Asimismo, en más de la mitad de los centros no se ha realizado una evaluación de los riesgos laborales que asumen estos profesionales al manejar medicamentos como los citotóxicos, utilizados en el tratamiento del cáncer. En los centros en los que sí existe este protocolo, el 53,9 por ciento de los encuestados no sabe qué tipo de sistema se utiliza para administrar la medicación peligrosa.

A raíz de todos estos datos, los enfermeros han subrayado la necesidad de monitorizar la vigilancia y control del cumplimiento normativo con el fin de garantizar su seguridad; desarrollar un plan estratégico de mejora de las condiciones de seguridad de las enfermeras, con la implicación en primera instancia de los servicios de prevención de los centros sanitarios; y crear un macroestudio con el objetivo de constituir un Observatorio Europeo de Bioseguridad para evaluar y coordinar las acciones de mejora entre los países de la Unión Europea.

Por su parte, las sociedades científicas de enfermería de Galicia exigen "mejoras" a la Consellería de Sanidade en la gestión de las sustituciones y refuerzos que realizan enfermeros eventuales en el Sergas.

Así lo reivindicaron ayer tras hacerse pública una sentencia en la que se condena al Sergas a indemnizar a una madre de una neonata que falleció en Ferrol por un error en la administración de un fármaco, justo después del parto, por una enfermera contratada por dos días, en un servicio en el que carecía de experiencia y formación especializada. Así, denuncian que "la política de selección temporal da lugar a que eventuales puedan estar cada día trabajando en un servicio diferente, hecho que impide e imposibilita que estos profesionales puedan adquirir la experiencia necesaria en un área".