Fernando Rueda destapó las alcantarillas del poder y los servicios secretos hace 25 años con su libro La Casa donde hablaba del entonces CESID y sus operaciones más truculentas y escondidas. Ahora, regresa con La Casa II (Roca Editorial) que sirve de mirador a los servicios secretos españoles del actual CNI (Centro Nacional de Inteligencia). Ayer, en CLUB FARO, habló de las relaciones del rey emérito con algunas de sus supuestas amantes; sobre yihadismo, ETA y el conflicto en Cataluña del independentismo versus unionismo. Respecto a esto último, señaló que "los servicios secretos en Cataluña han fracasado en el momento crítico. Si no hubiera habido urnas, no habría habido votación. El CNI, la Guardia Civil y la Policía tenían que haber descubierto las urnas".

En su charla, presentada por el periodista Víctor Blanco, recordó cómo "Mariano Rajoy hace cinco años, encargó a Soraya Sáenz de Santamaría y al ministro del Interior hacer frente a la amenaza de la independencia". En el caso de la primera, el mandato lo recibió por ser la jefa política del CNI. El fin era llevar a cabo determinadas acciones como "la obtención de información: saber qué va a hacer el movimiento independentista antes de que lo haga".

Como "las redes sociales están controladas por los independentistas, encargaron a una persona para que hiciese movimientos en redes en defensa de vivir todos unidos", añadió. Esto se pretendía ejecutar a través de los denominados agentes de influencia que "cobran del servicio secreto pero no tienen vínculo legal". Su función principal es mantener un contacto con la sociedad. En el caso de la cuestión catalana, debían hablar con gente "a favor de la unión de España" para que así lo expresaran en programas de televisión y otros lugares con el fin de "influir en la opinión pública", detalló.

Rueda señaló que "ha sido un fracaso porque los Serrat solo manifestaron estar a favor (de la unión) 15 días después del referéndum; la gente que ha hablado en contra (de la independencia) ha tardado en hacerlo". Dos hipótesis, a su juicio, pueden explicarlo: que pensaran que no se iba a llegar tan lejos o que les costara expresar su opinión abiertamente.

Otra metedura de pata fue en el 11-M, el primer macroatentado yihadista en Madrid. Fernando Rueda señaló que el CNI mandó una alerta, un informe, a la policía advirtiendo de la desaparición de varios yihadistas radicalizados lo que podría suponer un atentado inminente. Sin embargo, este informe fue obviado como otros múltiples sin darle credibilidad.

Donde sí hubo una intervención correcta fue en el fin de ETA. En este caso, el Centro Nacioal de Inteligencia puso en marcha "el espionaje masivo" que dio a conocer Snowen al demostrar que Estados Unidos espiaba a aliados y enemigos en el exterior pero también dentro de EEUU acumulando metadatos como los interlocutores de determinadas llamadas, la duración de las mismas...

Tras el atentado de ETA en la T4 del Aeropuerto de Madrid, "empezó la guerra para acabar con ETA, con caída una y otra vez de las cúpulas. Esas detenciones, siempre en Francia a cargo de la gendarmería francesa, ocultan que había agentes operativos del CNI, oculta que las informaciones que facilitaron las detenciones fueron conseguidas por el CNI por la fórmula mágica. Nadie sabía cómo obtenían esa información pero tuvo que ver con el espionaje masivo", explicó ante el público de CLUB FARO Rueda.

Fue el CNI el que fue facilitando los datos a la Guardia Civil, llegando estos al espionaje francés que fue colocando sus grupos operativos en el sur galo con el fin de que los comandos cayesen sin "otra posibilidad que declarar la tregua".

Otra historia recogida en el libro relata cómo el jefe del CNI conoció en una cacería a la alemana Corina, "una princesa que no era princesa, rubia, alta, muy mona, que se parecía a Bárbara Rey", señaló. Corina le pidió ayuda para unos negocios pero él "se los fue chafando" advirtiendo al rey emérito, Juan Carlos I, en 2005 que "Corina no era de fiar. El monarca se lo dijo a ella (...) y no hizo caso. Ya saben cómo acabó la historia", añadió.

Respecto a la supuesta relación entre Bárbara Rey y el rey, se decantó por la teoría de que esta probablemente intentó chantajearlo. Para ello, colocó cámaras en su alcoba para pedir dinero. "Al final, tuvo que intervenir el servicio secreto que pagó cantidades de dinero y luego utilizaron lo del robo de cintas.Sí, el CNI robó las cintas" además de decirle que si hacía más cosas se tendría que atener a las consecuencias.