El ozono no es solo una amenaza para el planeta; también puede ofrecer mucha esperanza para enfermos crónicos de párkinson, pie diabético o personas con lesiones osteomusculares que persisten en el tiempo. El médico especialista en Medicina Interna José Antonio Marques de Magallanes ofreció ayer en CLUB FARO un repaso a algunos de los tratamientos que se realizan en la actualidad con este gas noble. Al respecto, el facultativo señaló que "el ozono es un fármaco muy poderoso que actúa a varios niveles" debido a su carácter "antioxidante".

Marques de Magallanes, que fue presentado por Vicente Guerra Vales, jefe del servicio de Anestesiología y reanimación del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima en Vigo, recordó cómo fue su primer encuentro con el ozono como terapia. Para ello, retrocedió varios años atrás cuando una de sus tías tuvo una complicación con una prótesis de cadera: "Pasó por todo un calvario de intervenciones y dolores. Su sitio final de curación fue la Clínica Mayo (en Estados Unidos). Lo que más le ayudó fue la ozonoterapia. Siempre me repetía Jose tienes que dedicarte a la ozonoterapia y, así durante años".

Un buen día, decidió ponerse al día sobre los tratamientos y aplicaciones del ozono, por lo que se puso a estudiar. Finalmente, se animó a aplicarla creando una clínica en Vigo y otra en Madrid, al comprobar que "la gente en la sala de espera -en la clínica donde se formó- estaba contenta porque sus problemas se resolvían". "No solo sirve para lesiones musculares sino también para alzhéimer, párkinson, úlceras...", añadió.

Magallanes agregó que, a diferencia de los fármacos convencionales, el ozono no tiene efectos secundarios perjudiciales para la salud sino que estos son beneficiosos citando el "tener más energía". Finalmente, hace seis años, se puso manos a la obra en la aplicación de este gas como medicina.

Asimismo, indicó que "el ozono es un fármaco antioxidante completo". El doctor también aprovechó para adentrarse en la explicación fisiológica de la actuación del ozono. Para ello, señaló que este gas, entre sus funciones, tiene la de destruir bacterias ya que "actúa directamente en los neutrófilos" al tiempo que actúa de forma indirecta sobre la inflamación. El médico gallego explicó que los neutrófilos, que nos defienden de las bacterias, suponen "la primera línea de defensa" del organismo.

En cuanto al tratamiento de lesiones osteomusculares, indicó que el ozono puede ayudar a pacientes con artrosis, tendinitis o artritis. Explicó que la forma de tratarlas pasa por la infiltración de ozono donde hay lesión. Aquí, aprovechó para realizar un inciso: "La infiltración habitual es la de corticoides. Esta lo que hace es parar la inflamación. Si nosotros cesamos la inflamación, tenemos un peligro, que el tendón se rompa o la articulación se degenere. Los médicos intentamos que esa infiltración se produzca lo más tarde posible y en situaciones en las que el dolor es insoportable. El ozono tiene una acción totalmente diferente. Detrás de esa inflamación crónica hay una lesión y con el ozono se busca curarla, oxigenándola. Vamos a contribuir a que esa inflamación corra en su sentido fisiológico. La curación de forma natural tiene que producirse en un tiempo. No es un tratamiento agudo. Si tenemos una contractura tenemos que tratarlo de otra manera".

A continuación, agregó que "cuando responde, que es en la mayoría de los casos, las lesiones quedan completamente curadas. Cuando los pacientes se tratan con ozono, la curación demora, ya que hay que dejar un tiempo para que vaya actuando, pero tiende a ser permanente".

Magallanes añadió que es "una maravilla" ver que "gente que ya no contaba con quitarse de encima el dolor de una tendinitis, que estaba limitada porque no podía moverse, ve que va mejorando y que el dolor desaparece".

La conferencia de Magallanes fue seguida atentamente por el público que casi abarrotó la sala para seguirlo. El doctor, licenciado en Medicina por la Universidad de Navarra, es doctor en Medicina por la Universidad de Sevilla. En su currículo, destaca su investigación en la Universidad de UCLA en Los Ángeles así como su aportación a la creación del primer servicio de urgencias de Portugal.