El bofetón "muy fuerte" que le propinó una madre a su hijo de 11 años tras negarse a poner el desayuno y tirar su teléfono de alta gama, así como el arañazo que le causó en el cuello casi un año después, cuando trataba de agarrarlo para impedir que se fuese de casa, están dentro de lo que el juez de Penal 2 considera "correcciones físicas moderadas" que están "justificadas". El primer incidente sucedió el día de Nochebuena por la mañana; y, el segundo, en noviembre de 2016 a última hora de la tarde.

El magistrado José Antonio Vázquez Taín decretó la absolución de la mujer, para la que la Fiscalía demandaba una condena de 70 días de trabajos en beneficio de la comunidad, la prohibición de comunicarse con su hijo y aproximarse a él durante un año, y a la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años. "Los hechos han sido puntuales y con provocación por parte del menor", subraya el juez en el apartado de la sentencia de hechos probados.