Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Chuck Berry, ritmo de pantalla grande

El homenaje al artista en "Regreso al futuro" ilustra su importancia, y la impronta de todos los bluseros

El artista, en uno de sus últimos conciertos

Todo el mundo tiene muy presente en su memoria de pantalla de cine la actuación espontánea de Michael J. Fox en "Regreso al futuro". Marty McFly (Fox), que había viajado a los años cincuenta en el DeLorean inventado por su amigo Doc, tiene que sustituir a un miembro de la banda en uno de esos bailes de instituto tan a la americana. Se sube al escenario guitarra en mano y, cuando entra en calor, se dispara su punteo en "Johnny B. Goode" ante el pasmo general de la concurrencia del salón de baile. Fue un riff que acabó en heavy o al estilo Hendrix, con distorsión final y acople ante el altavoz. Es entonces cuando un músico llama desde bambalinas a un manager y, más o menos, de dice: "Ya encontré ese sonido que andabas buscando".

No debió de tardar mucho en aparecer ("ese sonido") ya que el joven Marty había sido transportado a 1955. Y por esas fechas ya andaba en circulación "Maybellene", a la que seguirían otras similares que darían un aire distinto a todo lo conocido: Aquello era diversión, frenetismo, movimiento. Era otra cosa. Eran los primeros pasos del rock and roll. Eso sí, dejando al margen debates sobre el origen y padres del más preciado estilo de la música popular creado el pasado siglo. De ahí "mamarían" todos, Elvis incluido; pero sobre todo hubo un rescate cuando estos pioneros del blues y del rock and roll, los grandes de la música negra, comenzaron a ser olvidados: un rescate de la mano de la escena británica, de los "Rolling Stones", Los "Beatles" y demás prebostes del sonido británico de los sesenta y setenta. Los "Stones", más que ninguno, se inspiraron en todos los ambientes negros para crear su propio sonido. Finalmente conocieron personalmente a todos y les agradecieron su creatividad. "Señor Waters somos un grupo de rock y nuestro nombre está inspirado en una de sus canciones", le dicen en la película "Cadillac Records" unos imberbes "Stones" al maestro del blues Muddy Waters.

La cinta ilustra de maravilla la impronta en la música de todos los bluseros y la innovación de Chuck Berry, también le aparición de la gran Etta James. Es un filme que retrata la vida de Leo Chess, el creador del sello discográfico Chess Records (por cierto donde acaba de grabar Wilko Johnson, detalle que publicita con orgullo la promoción del disco).

En la película se observa la gran explosión del blues de la mano de maestros como el citado Muddy Waters, Little Walter y otros pioneros de este género tan melancólico como rítmico. Pero también se aprecia que, con la aparición de Chuck Berry y otros que siguieron sus pasos, se empezaban a quedar fuera de "plano" Waters y compañía. Berry había dado un vuelco a todo. No solo a los ritmos, lanzados con una velocidad endiablada, sino también a la puesta en escena con ese "paso" (el pato) escénico, a base de saltos sobre una pierna.

Pero a Chuck Berry, que tuvo diversos líos penales, le ocurrió lo que a sus coetáneos; también fue desapareciendo de la escena, aunque en su caso todo fue menos doloroso ya que su nombre nunca se borró del todo. Así que a partir de los años ochenta vivió entre reconocimientos que le brindaban otras estrellas, aunque también con intentos por dominar la escena con discos y canciones inéditas con alguna modificación en su riff, pero todo eso fue pasando más discreto. Un ejemplo de esos reconocimientos fue Tarantino que hizo memorable el twist "You Never Can Tell" de "Pulp Fiction" en el que marcan los pasos Uma Thurman y John Travolta.

Sin embargo, la historia y sus canciones han mantenido muy vivo en el mundo musical el nombre de Chuck Berry. Todos le han admirado, sea Bruce, sea Dylan, sea especialmente Keith Richards, que siguió con fidelidad sus riffs y con el que, a pesar del mal carácter de Berry, disfrutó de bolos de club medio improvisados.

Con Berry se apaga el origen del rock and roll, al menos el del padre más combativo. Claro que nunca se apagarán sus interpretaciones de "Roll Over Beethoven" o "Rock and Roll Music", además de las perlas citadas. Son, todas ellas, canciones alegres, enérgicas y explosivas que no pierden vigencia. Entre otras razones porque es imposible acabar con el carisma de "Johnny B. Goode". No es un himno; es el primer mandamiento del rock and roll, o así.

Compartir el artículo

stats