Chicos narcisistas y chicas egoístas -hijos insensibles e impulsivos- que "consideran que tienen derecho a todo" y maltratan a sus progenitores durante una media de dos años, hasta que estos llegan al Juzgado con secuelas de la violencia familiar como estrés postraumático. Es un esquema que se repite cada vez más en los Juzgados de Menores. Un maltrato silenciado hasta hace poco por las propias víctimas, que sufrían en silencio.

Los casos de menores que maltratan a sus padres aumentó un 85% en Galicia el último año: se registraron casi 300 delitos de violencia doméstica cometidos por chicos y chicas de menos de 18 años, según los datos de la Memoria de la Fiscalía de Galicia (pasaron de 160 a 289 expedientes de reforma incoados como violencia filio-parental). Además, en un contexto general de caída de la delincuencia común entre menores en Galicia, la violencia de hijos contra sus padres es el tipo delictivo que más aumenta, tal y como confirma el psicólogo del equipo técnico del Juzgado de Menores de Ourense, Juan Luis Basanta, que es quien establece el "perfil tipo" de los menores infractores.

El experto gallego se reunió ayer en Vigo con otros profesionales de relevancia estatal para abordar esta problemática, en el seno de un programa del Colegio Oficial de Psicología de Galicia.

Y datos igual de alarmantes se constatan en España: la violencia ejercida por los hijos menores de edad sobre sus padres aumentó un 223% desde 2007 a 2014, según el informe "Menores violentos, ¿un tema menor? Violencia filioparental y el uso indebido de las tecnologías".

Además de estos datos generales sobre el incremento de este fenómeno, procedentes de los informes de la Fiscalía General del Estado, en el ámbito clínico esta problemática es "mayoritaria", según la psicóloga clínica María González.

"El ámbito judicial es sólo la punta del iceberg. La mayoría de las familias no acuden a la Justicia, no formulan una denuncia, pero sí acuden a un psicólogo o a un recurso especializado. Es verdad que el número de casos ha aumentado exponencialmente; es una realidad que se ve cada vez de forma más frecuente", añade González Álvarez.