"La prioridad de los farmacéuticos es que los pacientes tengan acceso a los medicamentos que necesitan y que los medicamentos sean de calidad. Es cierto que el tramo entre 18.001 euros y 100.000 euros es demasiado amplio y que añadiendo nuevos tramos intermedios se conseguirá una progresividad, y las medidas progresivas son más justas, pero también es cierto que cuánto más tenga que pagar un ciudadano y, en especial un pensionista, más se lo pensará a la hora de priorizar la toma de sus medicamentos", aseveró Alba Soutelo, la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra.

Soutelo reflexionó sobre el elevado gasto sanitario gallego, que tiene en el envejecimiento de la población su principal razón de ser pero consideró "necesario" tomar medidas para mantener el actual sistema sanitario, "siempre con un límite".

"Como medida disuasoria, el copago surge efecto y no causa problemas mientras los pacientes puedan asumir el desembolso que les supone sin generarles un trastorno, pero sí los crea si por no asumirlo dejan de tomar los medicamentos", resaltó la presidenta de los farmacéuticos de la provincia de Pontevedra.

Soutelo también matizó que el gasto público en fármacos tendría que valorarse como una inversión por parte del Estado: "El medicamento no es un bien de consumo sino que es un bien esencial y los tratamientos hay que cumplirlos hasta su finalización porque la falta de adherencia ocasiona complicaciones en la salud de los pacientes. La administración sanitaria contempla los medicamentos que les financian a los pacientes como un gasto, cuando en realidad debería contemplarlos como una inversión en salud".